LA GUERRA COMERCIAL EN BUENOS AIRES

Macri se ilusiona con ser el celestino de Trump y Jinping en el G-20 porteño

El Gobierno comenzó la cuenta regresiva de la cumbre. En la Cancillería reconocen las dificultades para llegar a acuerdos, pero apuestan a los encuentros personales para limar diferencias. Cautela.

A dos semanas de la cumbre del G-20 que encabezará el presidente Mauricio Macri en Buenos Aires, en el Palacio San Martín los organizadores del encuentro admiten dudas sobre el cierre de un documento consensuado entre los países participantes, pero apuestan a negociaciones personales entre los mandatarios para destrabar las diferencias luego de un año de encuentros ministeriales y mesas de trabajo sobre los puntos del encuentro. Uno de esas citas podría estar protagonizada por el mandatario anfitrión y sus pares de Estados Unidos, Donald Trump, y de China,  Xi Jinping.

 

La posibilidad es sólo un anticipo del clima que tendrá la nueva edición del encuentro internacional creado en 2008 para afrontar crisis internacionales. Esta primera versión sudamericana estará atravesada, entre otros puntos determinantes, por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

 

En la Casa Rosada la cuenta regresiva final para que comience la zona de confort preferida del Presidente comenzó este jueves, en el décimo aniversario de la primera cumbre realizada en Washington con el objetivo de crear un mecanismo multilateral de los países más desarrollados del mundo para hacerle frente a la crisis financiera de 2008. Para echar a andar la maquinaria del evento porteño, la organización de la cumbre (ahora en manos de Hernán Lombardi) convocó a una parte de la prensa para explicar los principales aspectos del encuentro, que concluyó con una conferencia del sherpa, el vicecanciller Pedro Villagra Delgado

 

Fiel a la estrategia de bajar las expectativas previas para garantizar cierto margen de maniobra, el funcionario enumeró las dificultades que podrían entorpecer la redacción de un documento con definiciones efectivas. Apuntó a los temas vinculados a refugiados y migrantes, cambio climático, control de empresas y el Foro Global sobre Exceso de Capacidad de Acero, que comenzó a funcionar este año en París, tuvo otra ronda de negociaciones en Buenos Aires y en la cumbre ofrecerá un reporte sobre las negociaciones.

 

En materia comercial, uno de los puntos de controversia es el futuro de la Organización Mundial del Comercio. Una fuente cercana al canciller Jorge Faurie descartó que el resultado final sea un “documento liviano”.

 

 

 

“Sera un adjetivo que utilizarán los que quieran boicotearlo. No hay dudas de que es un momento complicado en el mundo, sobre todo por las tensiones comerciales, pero justamente en esa materia fue donde hubo un consenso más significativo, porque se logró un acuerdo para que la OMC sea modificada, pero a la vez ratificaron que es necesaria su existencia”, explicó la fuente diplomática a Letra P, aunque negó que ese acuerdo implique un cambio del organismo global de comercio en Buenos Aires.

 

Sin embargo, uno de los funcionarios argentinos que interviene en la coordinación de la cumbre agregó a este medio que “las definiciones determinantes surgirán del encuentro de presidentes, donde cada uno plantea su agenda durante las cuatro sesiones de los dos días del evento. Hasta entonces seguirán las indefiniciones sobre los acuerdos”, confió la fuente y pronosticó: “Del intercambio directo pueden salir las mejores negociaciones, porque el que preside el encuentro es el que tiene el tablero de control y maneja el joystick de la cumbre”.

 

 

 

Ese rol lo deberá desempeñar Macri, cuyos asesores apuestan a una agenda que combinará dos movimientos: la puesta en escena con los participantes de la cumbre y una serie de visitas oficiales, antes y después del G-20. El 29 de noviembre recibirá al primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, y luego Trump, en una agenda que no se conocerá hasta que la Casa Blanca la haga pública.

 

El 1 de diciembre, un día después del inicio de la cumbre, Macri tendrá una reunión de Estado en la residencia de Olivos con el presidente de la Federación Rusa,  Vladimir Putin, y el 2 recibirá a su par chino, Xi Jinping, en el marco de una visita de Estado paralela al desarrollo del G-20.

 

 

 

En esa febril agenda protocolar, la Cancillería apunta a una reunión de Macri con Trump y Jinping en el marco de la cumbre, pero orientada a limar diferencias que puedan poner en riesgo un desenlace positivo de la cumbre, en caso de que lo hubiera.

 

“Un tema clave es reafirmar el mutilateralismo. Ya está prevista una bilateral con Trump por un lado y con Xi por otro. Por el momento no ha sido anotada otra reunión posterior o anterior a la cumbre, pero la cita de los tres depende de la agenda”, confió una fuente del Palacio San Martin, que no descartó la posibilidad de esa troika. 

 

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