BRASILIA (enviado especial) Más allá de la herida en el abdomen lo que lo llevó dos veces al quirófano y de su semblante demacrado, Jair Bolsonaro se siente fuerte. Las encuestas que arrojan sus últimos resultados ante las elecciones presidenciales del domingo lo mantienen al tope y hasta le permiten soñar con evitarse el trámite incierto de un segundo turno, en el que podría pasarle factura el miedo fuerte que provoca en, literalmente, medio Brasil.
Pero hay que tener cuidado con los grandes titulares de las encuestas en los medios, al menos si uno no quiere sorprenderse este domingo, cuando más de 147 millones de brasileños terminen con las palabras. En este país, el escrutinio solo considera los votos válidos y positivos, esto es, que excluye los blancos y nulos. Así, ese 32% de Bolsonaro es hoy, si Ibope no se equivoca, un 38% y Haddad sube al 28%. Los candidatos enanos, en tal caso, tendrían las claves del decisivo ballotage del domingo 28.
Las encuestas se han equivocado históricamente aquí tanto como en todos lados, pero todo el mundo las da por buenas. En esta ocasión, sin embargo, ya está servida en bandeja la excusa para eventuales desvíos: encuestadores y analistas que conversaron con Letra P creen que incluso esos guarismos proyectados pueden quedarse cortos dado que el extremismo político de Bolsonaro y la mochila de corrupción que el PT le ha cargado en la espalda a Haddad justifican la presunción de sendos votos vergonzantes.
Cerca de Bolsonaro se entusiasman y no temen inflamar las expectativas de sus seguidores hablando de la posibilidad de un triunfo en primera vuelta, algo difícil en este país y que, en tiempos recientes, solo logró Fernando Henrique Cardoso y se le negó hasta al Luiz Inácio Lula da Silva poderoso de 2006.
El analista y doctor en Ciencia Política de la Universidad de San Pablo Guilherme Casarões le dijo a Letra P que “Bolsonaro se fortaleció gracias al anti petismo, que se hizo muy agudo desde 2014. Ese sentimiento se confunde con otros, como el combate a la corrupción, nostalgia del orden durante la dictadura, el rescate de los valores religiosos y del nacionalismo y el miedo a la inseguridad, entre otros”.
“Él logró reunir todas esas ideas en una candidatura, que justamente por eso se volvió tan poderosa”, añadió.
La confianza de la derecha dura sobre dar el batacazo este mismo domingo sería apenas el gesto de triunfalismo de un sector político poco habituado a la popularidad si no fuera porque la preocupación se percibe en el propio campamento de Haddad. Este denuncia en estas horas que el bolsonarismo está enviando fake news a través de cadenas de WhatsApp que lo difaman personalmente, así como a su familia. “Eso está impactando en algunos puntos”, concedió el petista.
“Bolsonaro se fortaleció gracias al anti petismo, que se hizo muy agudo desde 2014", explicó a Letra P el analista Guilherme Casarões.
Mientras, la manada se echó a correr. El derretimiento de la campaña del postulante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Geraldo Alckmin, está haciendo que referentes poderosos lo abandonen y anuncien alegremente su pase a las filas del ex militar. Uno que fue, junto a Cardoso, fundador de esa agrupación, Xico Graziano, se declaró “asqueado” por la alianza del ex gobernador paulista Alckmin con los partidos del llamado centrão, lo más rancio de la corrupta clase política local. Desde este jueves, es hombre de Bolsonaro.
En tanto, el ex alcalde de San Pablo y actual candidato del PSDB a la gobernación del principal colegio electoral de Brasil, João Doria, se mostró en un video sonriente junto a un militante bolsonarista que llamaba a votar por su líder.
Mientras, unos doscientos miembros de la llamada “bancada del buey”, que de modo transversal a los partidos representan al “campo”, anunciaron su apoyo a un eventual gobierno de Bolsonaro, algo que a éste le resultaría fundamental para disimular la debilidad parlamentaria de su base original.
Ahora bien, ¿todo es viento a favor para el diputado-candidato? No. De acuerdo con Casarões, “su gran debilidad es que caminó hacia la extrema derecha del espectro político. Después de todo lo que dijo y propuso, difícilmente conseguirá caminar hacia el centro para construir alianzas con los partidos más moderados. Él es visto por muchos como una amenaza a la democracia”.
“Después de todo lo que dijo y propuso, difícilmente Bolsonara consiga construir alianzas con los partidos más moderados." (Casarões)
Se vienen las instancias finales de esta campaña agitada y hasta violenta. “Los debates no sirven para nada, salvo para complicar”, le dijo Lula a Haddad en el último encuentro que mantuvieron en el penal de la Policía Federal en Curitiba. Debidamente preparado, Haddad se prepara para participar esta noche en el último, que emitirá la cadena Globo después de la novela "Segundo sol".
El que no estará es Bolsonaro, según afirma, porque los médicos le ordenaron que no se esfuerce. Sus rivales se enfurecieron y lo acusaron de fraguar un parte médico para rehuir ese deber cívico y evitarse cualquier traspié en el mano a mano, algo a lo que “l Mito” es proclive.
Él, mientras, calla y espera. Su candidatura, que lanzó hace varios meses para “provocar e instalar debates”, según le contó a Letra P un hombre de su entorno, está yendo bastante más allá.
Brasil se asoma a una era de sorpresas.