Verónica Magario buscaba este miércoles obtener la reelección como presidenta de la Federación Argentina de Municipios (FAM), en una asamblea que se desarrollaba a partir del mediodía en Costa Salguero.
La intendenta de La Matanza había logrado ese cargo en 2016, tras una reñida puja con los representantes de Cambiemos, quienes por entonces pretendían suceder al peronismo en la Federación.
Dos años después, en un contexto muy diferente ya que Cambiemos no muestra interés en la compulsa, la jefa comunal del peronismo busca mantener la presidencia y proyectarse como futura candidata a la gobernación bonaerense.
Magario suma a su favor la jefatura del municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires, incluso comparable con otras provincias, el aval de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y una raíz en el PJ histórico y territorial del conurbano.
Con esta dote, intenta conservar el poder en la Federación y, por eso, inició esta semana una tarea fina de convocatoria a los demás jefes comunales, que serán los encargados de ratificarla en el mando. Hubo llamados particulares para asegurarse el quórum necesario para iniciar la asamblea y la votación.
A mediados de 2016, cuando el PRO fluctuaba entre los ecos del festejo electoral y el intento por sostener la relación con sus socios de Cambiemos, se instaló en la agenda la elección de la Federación de Municipios, que desde hacía muchos años comandaba el peronismo de la mano del entonces intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra.
En ese momento hubo un intento de Cambiemos de avanzar sobre la federación y hasta se promovieron candidatos, como fue el caso del intendente de Córdoba capital, Ramón Mestre, elegido por los correligionarios para representar al radicalismo.
También se mencionó a Gustavo Sáenz, el intendente de Salta capital del Frente Renovador, como prenda de negociación del PRO con el radicalismo. También hubo algunos amagues internos en el propio peronismo, donde los intendentes más moderados intentaban posicionarse como jefes de la futura unidad y pensaron en ubicar a su propio candidato. Pero, finalmente, el flamante oficialismo se corrió de la pelea y el peronismo terminó cerrando filas y promocionando la presidencia de Magario.
Aunque la Federación fue perdiendo su tono multipartidario, aún conserva el temple federal y no deja de ser una buena plataforma para cualquier candidato.
La definición de este miércoles, de votarse la reelección de Magario, no tocará directamente los intereses del gobierno de Cambiemos, pero sin duda potenciará las pretensiones del peronismo kirchnerista, representado por la intendenta de La Matanza.