Aunque por ahora pretende poner el foco exclusivamente en su denuncia por manipulación de la elección por parte del Gobierno, el kirchnerismo ya empezó a pensar cómo hará para sumar votos en octubre que le permitan mostrar un triunfo más contundente frente a Esteban Bullrich en la provincia de Buenos Aires.
El domingo, mientras el búnker de Unidad Ciudadana pasaba del optimismo inicial al desconcierto ante los primeros resultados oficiales, los operadores del kirchnerismo ya ponían la mira sobre el electorado que en la primaria optó por Florencio Randazzo y Sergio Massa. A esos votantes, el cristinismo les planteará el análisis más pragmático: la única manera de votar en contra del Gobierno, de mandar un verdadero mensaje opositor, es elegir la opción que más le duele a Cambiemos, la boleta de Cristina Fernández de Kirchner.
Esa idea de ir a la caza del voto útil parte de la hipótesis que afirma que Massa ya perdió su porción del electorado anticristinista a manos de Bullrich. El electorado massista que quería evitar un triunfo de Cristina ya migró el 13 de agosto hacia Cambiemos, la fuerza más opositora a la ex presidenta. “Se adelantó octubre”, explicaba el domingo por la noche a Letra P un analista cercano al kirchnerismo. “El que quiso votar a Bullrich para que no ganara Cristina ya lo hizo hoy. Lo que hay repartido entre los demás candidatos es oposición a Macri. Dos de cada tres personas votaron en contra del Gobierno”, razonaba un operador cristinista.
Según ese razonamiento, lo que aún le queda a Massa, el 15,53 por ciento que cosechó en las PASO, es un electorado opositor que Cristina intentará seducir al mostrarse como la única y verdadera opción anti-Macri. Un planteo similar tiene el kirchnerismo respecto del votante de Randazzo que, cree, está enojado con Cristina, pero al optar por un ex ministro de su gobierno aprueba parte de su gestión y es plausible de elegir la boleta que encabeza la ex presidenta.
Pero al margen de la seducción del electorado, el kirchnerismo no descarta iniciar contactos con referentes del massismo y el randazzismo, a los que les planteará la necesidad de “unir esfuerzos contra el ajuste” de Macri, aunque pone pocas esperanzas en esa estrategia. El primer ensayo de ese diálogo se intentó articular este lunes, cuando operadores de la ex presidenta sondearon a dirigentes de Massa y Randazzo para que se sumen a su denuncia sobre las irregularidades en la carga de datos electorales por parte del Gobierno. La respuesta fue negativa.
Los esfuerzos del equipo de campaña de Cristina también estarán puestos en la necesidad de mejorar los números de Unidad Ciudadana en distritos en los que tenían mayores expectativas antes de las primarias, además de ampliar la campaña al interior de la provincia, donde el kirchnerismo no tuvo tanta presencia como en el conurbano. La ex presidenta hizo un primer análisis de los resultados junto a su mesa chica el mismo lunes al mediodía, pocas horas después de que se clausurara el escrutinio oficial.
En esa primera evaluación se identificaron dos factores que aumentaron el voto de Cambiemos y que no estaban en los planes: la altísima participación electoral – un 82 por ciento en la provincia – y la escasez de votos en blanco, que apenas sumaron 3,46 por ciento. El kirchnerismo contaba con que en esa última opción se agruparía un voto castigo al Gobierno por su gestión económica.
A esas variables se sumó un tercer punto, que llevó a que la diferencia en los distritos que el peronismo considera propios no haya sido tan contundente como se esperaba y que responde a un 30 por ciento consolidado que tiene Cambiemos en varios distritos del conurbano, como Lomas de Zamora. Aunque en La Matanza, corazón del peronismo por excelencia, Unidad Ciudadana cosechó el 45 por ciento de los votos, el oficialismo obtuvo el 24 por ciento. La diferencia, aunque importante, no alcanza para compensar los distritos en los que el kirchnerismo no puede hacer pie frente a Cambiemos, como la Segunda sección electoral.
Con la convicción de que el escrutinio final traerá números positivos y dejará a Cristina un punto y medio por encima de Bullrich, el kirchnerismo analiza la foto de las PASO y pone en marcha el plan para que la ex presidenta desembarque en el Senado con un resultado triunfal.