“Es acá y es ahora”, arengaba Mauricio Macri a la tropa PRO en referencia a las elecciones presidenciales del 2015. Dos años después, más medido y sin gritos durante los actos partidarios que protagoniza, Horacio Rodríguez Larreta sabe que llegó “su” momento: las elecciones de 2017 se presentan como el paso necesario para que el jefe de Gobierno porteño reafirme su control de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y corra de la escena a Martín Lousteau, que amenaza con destronarlo desde el histórico ballotage en el que el hoy alcalde superó al economista por tan solo tres puntos.
Larreta sabe que este año pone en juego su dominio político y promete una campaña “arrolladora”. Para eso, armó un equipo “territorial” para contener a la militancia, pidió a sus ministros que redoblen esfuerzos en caminatas y recorridas por barrios y, principalmente, se apalancará en Elisa Carrió, que con su candidatura a primera diputada nacional en representación de Cambiemos le garantizaría una amplia ventaja ante Lousteau y Daniel Filmus, según las encuestas que manejan en la Jefatura de Gobierno porteña de Parque Patricios.
El sucesor de Macri en el máximo sillón porteño quiere una fuerte presencia amarilla en las calles porteñas y, si bien no variará mucho la dinámica de la campaña a la que acostumbra el PRO, esta vez le dará más espacio a quienes cuidan los votos y “dejan todo listo” para el desembarco de los popes del macrismo en los distintos barrios, ya sea en distintos puntos de la Ciudad o al entrar a un club, por ejemplo.
EL PELOTÓN. Los integrantes de esta mesa territorial trabajan hace años dentro del PRO, todos los conocen y ponderan su trabajo, pero evitan los flashes de las cámaras como prueba de su bajo perfil. En esta campaña el encargado de “coordinar” ese equipo será el vicejefe de Gobierno, Diego César Santilli.
Así quedó claro en las reuniones que tuvieron en la sede del PRO y en las que participaron los ministros Eduardo Macchiavelli (Ambiente y Espacio Público) y Bruno Screnci Silva (Gobierno), Sergio “Chiche” Costantino (secretario de Descentralización, futuro secretario de la Tercera Edad), los legisladores porteños José Luis Acevedo y Roberto Quattromano, Mariano Casabella y el operador todo terreno de Larreta, Néstor “el Turco” Abbas, entre otros. Santilli fue claro: evitarán hablar de “Cambiemos” y buscarán “explotar” la calle, razón por la que esa mesa tiene valor en época de campaña.
Este conjunto de dirigentes organizará la campaña en el territorio: desde cómo armar mesas para cuando vaya Larreta a los barrios, hasta lista de militantes para cubrir reuniones, actos. Se dividieron las comunas de influencia de cada grupo para repartir material de campaña, como sombrillas, mesas, folletos, y también la organización de timbreos.
Este pelotón de armadores se configura con aportes de dirigentes del propio riñón de Larreta y con hombres del espacio PRO-peronista de Santilli y del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Adrián Ritondo. Santilli continúa la luna de miel con el jefe de Gobierno: quedó a cargo de la lista para la Ciudad e incrementó su poder hacia dentro del gabinete. El ex vicepresidente primero de la Legislatura culminó los días de tensión con el alcalde en una reunión en la que se fundieron en un abrazo y acordaron una campaña “tranquila y exitosa”.
Santilli tendrá a cargo la conducción de ese equipo que operará en el territorio, pero también en sus manos está la jefatura de campaña que le confío Rodríguez Larreta. Esa función la compartirá con Maximiliano Ferraro (enfocado en contener a los aliados), bendecido por la líder de la Coalición Cívica. Ambos negociarán con Felipe Miguel (jefe de Gabinete), a quien el alcalde designó para administrar los fondos de la campaña.
Además, Ferraro y “el Colo” dialogan con los referentes de los aliados en otra mesa de coordinación, donde se encuentran enviados de Confianza Pública, Coalición Cívica, Partido Demócrata, Partido Fe, Unión por la Libertad, entre otros. Allí se reúnen, en la sede del PRO de la calle Balcarce, con el jefe del bloque PRO en la Legislatura, Francisco Quintana, los macristas Acevedo y Juan Pablo Arenaza y el diputado de Confianza Pública Diego García Vilas, del riñón de Graciela Ocaña. Allí definen qué candidatos “bajan” a los barrios.