Por primera vez en todo su recorrido electoral, el PRO de Mauricio Macri se encamina a entregar el primer lugar de la boleta a una extrapartidaria. Si bien la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, es una clara dirigente de Cambiemos, el partido amarillo relegará una tradición histórica: dejará el primer renglón a una figura que no representa al partido que debutó en la Ciudad bajo el sello Alianza Propuesta Republicana.
A pesar de contar con el control del Gobierno nacional y con más de un año de recorrida de gestión de sus ministros, el oficialismo no ofrece a ninguna de sus figuras para combatir en el pago chico que Macri gobernó durante ocho años y que le sirvió como plataforma para mudarse a Balcarce 50. La ausencia de candidatos propios en la nómina sería una novedad: desde el 2005 hasta la fecha siempre fueron hombres y mujeres reconocidos del macrismo los que representaron al espacio desde la Ciudad.
En este 2017, el PRO se sube a la candidatura de Carrió y apelaría a su caudal de votos e imagen positiva ante la escasez de candidatos para representar al Gobierno en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que a fines de año cumplirá diez años de administración macrista. Sería un hecho histórico y que se cristalizaría con una alianza con la Coalición Cívica que se encamina a cristalizarse, mientras la posibilidad de formar Cambiemos en el distrito se diluye.
El Presidente apuesta todo a retener el control de su Fuerte, a donde hizo sus primeras armas en la política partidaria y desde donde acumuló poder para desembarcar en la campaña que lo llevó a conducir los destinos de la Nación.
En 2005, fue el propio Macri quien encabezó la lista de diputados nacionales por la Capital Federal. Lo acompañaron en esa aventura la actual Secretaria de Enlace Parlamentario, Paula Bertol, y Lorenzo Borocotó, que luego abandonaría el bloque y se sumaría al Frente para la Victoria. En 2007 el líder del espacio fue por la Jefatura de Gobierno y le confío el primer lugar de la lista de legisladores nacionales a Federico Pinedo, un histórico del Partido Demócrata que desde hace años se había convertido en una marca registrada del PRO. En la Legislatura porteña encabezó Mariano Narodowski, seguido por Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal, la estrella con mayor imagen del partido que gobierna la Nación, la Provincia y la Ciudad.
En 2009 el PRO hizo renunciar de la vicejefatura de Gobierno a Gabriela Michetti, por esos días la figura con mayor trascendencia dentro del partido. La vicepresidenta de la Nación volvió a confirmar la teoría: el renglón uno de la nómina siempre estaba reservado para un PRO puro o alguien con reconocido paso por el partido.
En 2011, Pinedo volvió a encabezar la nómina de diputados nacionales por el distrito que volvería a ganar Macri, esta vez con Vidal en la fórmula que superó en el ballotage al binomio Daniel Filmus – Carlos Tomada. Dos años después, cuando el macrismo ponía primera en la intención de disputar las presidenciales del 2015, el rabino Sergio Bergman dejó la Legislatura porteña para ponerse al frente la campaña como legislador nacional. En esos comicios, el PRO hizo renunciar nuevamente a Michetti: le pidieron que deje la Cámara baja para ir al Senado, a donde ingresó junto a Diego César Santilli.
En el año 2015 la disputa fue eminentemente presidencial: Macri se puso al hombro la campaña y luego empezó a tomar protagonismo Vidal, erigiéndose como gobernadora de la provincia de Buenos Aires y como la figura con más proyección interna en el PRO. La lista de diputados nacionales por la Ciudad la lideró Patricia Bullrich, que jamás asumió porque el presidente la ungió como ministra de Seguridad de la Nación.
Si bien la cabeza de lista fue Patricia Bullrich, una dirigente que no nació en el PRO, la figura excluyente de ese turno electoral para Cambiemos fue el entonces candidato Macri, que venció al aspirante del Frente para la Victoria, Daniel Osvaldo Scioli.