Un masivo éxodo de grandes anunciantes espantados por la proliferación de contenidos racistas y xenófobos pone en jaque a Google y a su plataforma de videos, Youtube. Las marcas, que alcanzan las 300, prefieren redireccionar sus inversiones en publicidad hacia sitios de prestigio. La huida configura el mayor boicot conocido contra el gigante tecnológico.
La utilización de Youtube como canal de comunicación se ha masificado en todo el mundo. La utilizan, además de las firmas privadas, los gobiernos.
El que encabeza en Argentina el presidente Mauricio Macri –como ha informado Letra P- ha elegido pautar cifras multimillonarias en esas plataformas: concretamente, en 2016 invirtió más de 43 millones de pesos en Google ( ver detalle).
Según informo el sitio del multimedios estatal británico bbc.com, la polémica comenzó allí, en el Reino Unido, pero ahora se ha extendido a los Estados Unidos.
Las firmas de telecomunicaciones A&T y Verizon, además de la empresa de alquiler de autos Enterprise y la multinacional farmacéutica GSK acaban de eliminar sus anuncios del sitio web.
La cadena de almacenes y supermercados Marks & Spencer fue la última en Reino Unido.
Antes lo hicieron también el gobierno británico y grandes marcas internacionales como Audi, L'Oreal, McDonald's, los bancos Lloyds, HSBC y RBS y clientes en el país de Havas Group UK, el brazo británico de la sexta agencia de publicidad más grande del mundo, entre los que se incluye la BBC.
La discordia entre los anunciantes y la compañía tecnológica se produce a raíz de una investigación del diario The Times, del Reino Unido, que concluyó que Google estaba colocando avisos publicitarios junto a videos extremistas de contenido político y religioso.
Matt Brittin, el director de Google en Europa, tuvo que salir a pedir disculpas. Los hizo en la Advertising Week Europe (Semana de la Publicidad en Europa). "Lamentamos que algo así haya ocurrido. No queremos que pase y asumimos la responsabilidad", dijo el ejecutivo. Y aseguró que la empresa está invirtiendo millones de dólares y empleando a miles de personas para garantizar que la "mala publicidad" no logre colarse en la plataforma.
El gigante tecnológico busca identificar los videos ilegales para eliminarlos de YouTube y determinar cuáles son legales pero no son aptos para ofrecer publicidad.