“Ojalá pierda el Gobierno porque, si le va bien, le va mal al pueblo argentino”, disparó Roberto Baradel, el titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) en una entrevista con Letra P. Con la paritaria docente empantanada y el comienzo de clases a la vuelta de la esquina (previsto para el 6 de marzo), la gobernadora de la provincia de Buenos Aires recogió el guante y, desde América TV, le respondió este domingo: “El año pasado Baradel cerró una paritaria de 34,6% y no quiso, como se hizo con el resto de los estatales, renegociar durante el año con cláusula gatillo. El resto de los estatales terminó mejor”.
La propuesta del Ejecutivo a los docentes, que sigue la línea de la que cerró en diciembre de 2016 con algunos gremios como UPCN, Salud Pública, Soeme, Pilotos y Gráficos, consiste en un incremento del 18% para este año a pagarse en cuatro cuotas iguales de 4,5 % en enero, abril, julio y octubre. El plan incluye una cláusula que establece revisiones trimestrales en función de las mediciones de inflación que realice el INDEC.
Números, contradicciones y falacias para explicar un clásico de los últimos 15 años: el inicio de clases con paro docente en la Provincia, con la honrosa excepción de 2016, donde los nuevos vientos que soplaban y una paritaria encarada desde principios de ese año parecía aquietar las aguas entre los siempre beligerantes gremios docentes (Suteba, FEB, UDA, Amet, Sadop y Udocba) y el gobierno de turno, en este caso, el de Vidal.
La disputa salarial marca que la Provincia ofreció para este año un aumento en el sueldo docente pagadero en cuatro tramos tomando como base no el sueldo inicial del docente, que es de 9.800 pesos, sino restándole los 1.200 pesos del incentivo docente, que son pagados con fondos del Estado nacional. O sea, un 18% sobre un salario inicial 8.600 pesos, en cuatro tramos y con una cláusula gatillo trimestral de acuerdo a cómo evolucione la inflación.
Baradel y el resto de los gremios docentes reclaman discutir la recuperación de la pérdida salarial, que mensuran entre 8 y 10 puntos porcentuales, más una pauta del 25 por ciento para este año, lo que pone el pedido de aumento en un 35 por ciento.
El presupuesto de Educación consume casi el 26% de los gastos de todo el año. Son 127 mil millones previstos para 2017 y los haberes de maestros y profesores representan el 90% de ese paquete de dinero.
Lo cierto es que, en 2016, los docentes consiguieron 34,6% de aumento. Vidal dijo este domingo que “Baradel no quiso, como se hizo con el resto de los estatales, renegociar durante el año con cláusula gatillo. El resto de los estatales terminó mejor”.
Pero esa clausula gatillo nunca se cumplió, pese a que los docentes la reclamaron. De hecho, Mirta Petrocini, titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), señaló que “las previsiones de las principales consultoras hablan de un 25 % de inflación para 2017, por lo cual un 18% es insuficiente, aún cuando se ejecute la ‘cláusula gatillo’, ya que significarían unos $ 200 de aumento por mes, dependiendo de la carrera del docente”. Respecto a la cláusula gatillo, recordó: “Desde agosto de 2016 estamos reclamando que se reabra la discusión salarial para recuperar nuestros ingresos. Con este antecedente, si esta cláusula va a depender de la voluntad del Gobierno, no podemos confiar en que se active de manera automática”, finalizó.
¿La cláusula gatillo existió, se pidió y nunca se cumplió? La respuesta a esta pregunta pone a Vidal o a Baradel más cerca de faltar a la verdad en un conflicto que mantiene en vilo a millones de familias bonaerenses, que esperan el inicio de clases con bajas expectativas de cumplimiento en lo que al calendario oficial se refiere.
A todo esto, Vidal subió la apuesta, defendió la propuesta que su gobierno elevó a los docentes bonaerenses y advirtió que descontará los días si hay paro.
En este juego de dardos cruzados, Baradel afirmó a este medio que Vidal no es igual a Mauricio Macri, ya que el Presidente es más “auténtico” y que la supuesta mayor sensibilidad social de la gobernadora es “una construcción artificial”.
Después del rechazo in límine de los gremios docentes a la propuesta de aumento salarial que presentó Vidal se cortaron los vínculos entre las partes. En la Gobernación adelantaron que “esta semana no habría convocatoria”. Consideran que llamar a una nueva reunión de la comisión de análisis del salario terminaría en un nuevo portazo gremial.
LA NACIÓN, AFUERA. La paritaria docente asumió este año una dinámica diferente. Por pedido de la mayoría de los gobernadores, la Nación decidió desentenderse del conflicto y no convocó a los gremios nacionales para fijar –como lo hizo hasta el año pasado– el piso para todas las jurisdicciones. La decisión tuvo reacciones inmediatas.
El propio Baradel advirtió que si el Gobierno nacional no convoca a una paritaria para el sector tendrá un "conflicto" con "todos los gremios" educativos del país.
Y otra vez, Buenos Aires, por peso específico del sistema educativo -más de 4 millones de alumnos, 16.000 escuelas y 300.000 trabajadores de la educación entre docentes y no docentes- asume el rol de caso testigo.
Bajo el lema “Ningún docente por debajo de la línea de pobreza” y con el inocultable fastidio por las declaraciones de la gobernadora formuladas en el programa de Luis Novaresio en América TV, los gremios del sector se reunirán este lunes por la tarde en la sede de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) para definir una postura conjunta ante la intransigencia del Ejecutivo provincial.