Con el reloj en la mano y las urgencias sobre la espalda, Coca Cola, el gigante de las bebidas gaseosas, sigue intentando lobear una baja impositiva similar a la que obtuvo el vino, antes de que el lunes el Gobierno Nacional envíe al Congreso el proyecto de Ley de Reforma Impositiva. El apuro viene además con mal talante acumulado: fuentes de la compañía aclararon a Letra P que analizan “modificar el esquema de inversiones” en la Argentina si se cumple la promesa del Ejecutivo de gravar las bebidas azucaradas con un 17%.
En este contexto, Coca Cola y el resto de las empresas nucleadas en la Cámara de Bebidas Sin Alcohol (Cadibsa), mantenían esta tarde una reunión cerrada con el secretario de Política Económica, Sebastián Galini. La mano derecha del ministro de Economía, Nicolás Dujovne, es quien lleva la diaria de esta discusión. Naturalmente, las compañías entre las que se incluyen además Nestlé y Danone, sabían en parte que hasta el jueves a última hora el Gobierno no planeaba modificar el tributo al sector, quedando casi como el único “penado”. Vale recordar que luego de un feroz lobby político y corporativo de la provincia de Mendoza y la industria, el vino volvió a gravamen cero, al igual que los espumantes y la cerveza, que seguirá pagando 8%. Y las gaseosas y jugos no quieren quedar relegadas en el favor.
Desde que el presidente Mauricio Macri visitó Nueva York Coca Cola intenta consideraciones especiales en este sentido. Tal como adelantó Letra P, hubo gestiones en Estados Unidos y hasta ocurrió un encuentro de Macri con Muhtar Kent, presidente de Coca Cola global. Pero la relación pareció empantanada hasta esta tarde. Fuentes de Hacienda entienden que “hay una ventana” para discutir, pero no está claro cuál será el resultado.
Macri en Nueva York con Muhtar Kent, presidente de Coca Cola global
“Ante el reciente y sorpresivo anuncio de la eliminación del impuesto interno al vino, al champagne y a la cerveza, la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (CADIBSA) manifiesta su total desacuerdo y preocupación. La medida resulta absolutamente discriminatoria contra las economías regionales para las cuales la industria de bebidas sin alcohol es un actor fundamental”, graficó en las últimas horas Cadibsa por medio un comunicado para sentar posición.
A continuación, el texto completo de la presentación.
Si el motivo real del incremento impositivo está basado en un tema de Salud Pública, ningún producto que contenga alcohol entre sus materias primas debería estar exento de este tributo, sin excepción.
CADIBSA apela a que el Gobierno defina reglas claras, equitativas y transparentes con todas las economías regionales y con el empleo ya que un incremento impositivo de esta naturaleza pondría en riesgo alrededor de 5.000 puestos de trabajo en toda la cadena de valor, desde el productor agropecuario hasta el pequeño comerciante.
La industria de bebidas sin alcohol genera en Argentina más de 26.000 empleos directos y representa el 0,5% del PBI del país. Sus ventas superan los 100.000 millones de pesos al año. Según el informe “Evaluación económica de aumento de impuestos internos en la cadena de bebidas sin alcohol” llevado adelante por la consultora ABECEB, la instalación del impuesto impactaría de manera devastadora en 12 provincias clave en términos de producción y empleo que en conjunto representan un 86% del PIB nacional y un 87% del valor bruto de producción (VBP): Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes (región centro), Jujuy, Salta y Tucumán (región NOA), Mendoza, Neuquén y Río Negro (región Cuyo y Patagonia).
Estas provincias representan más del 95% del empleo registrado en los sectores alimentos y bebidas azucaradas, un 100% en azúcar y más del 85% en el resto de sus principales insumos.
El 85% de las bebidas sin alcohol se vende en comercios de barrio, almacenes, autoservicios, quioscos y despensas y representan aproximadamente el 50% de sus ingresos. Por la elasticidad de la demanda que tiene el sector (0,91), un mayor impuesto significaría una merma en el consumo y eso representaría menores ingresos para miles de familias.
Las bebidas sin alcohol en Argentina padecen actualmente la presión impositiva más alta de Latinoamérica y la tercera más alta entre los países de la OCDE, sólo por debajo de Hungría y Finlandia. De cada $100 que se gastan en bebidas sin alcohol, $50 corresponden a impuestos.
CADIBSA reitera su rechazo a este impuesto distorsivo y discriminatorio al que considera no solo ineficaz sino también dañino para la economía ya que genera aumento artificial de precios, contracción en el nivel de actividad del sector y pérdida de empleo, como lo demuestran numerosas experiencias a nivel internacional.
Una vez más, CADIBSA reclama poner el foco en la recaudación de la evasión, que supera el 30% en la industria y que significaría un monto mayor al que se planea recaudar con este nuevo incremento impositivo al sector formal de bebidas, beneficiando el comercio informal.
CADIBSA confía en el diálogo abierto con el Gobierno y el resto de los sectores clave involucrados, para trabajar juntos en el impulso de todas las economías regionales.