¿Es posible que de una semana a la otra, algo que parecía una venta cerrada de los medios de Cristóbal López al mendocino “Orly” Terranova haya mutado en un negocio no rentable? El escenario es complejo, pero la dinámica de los hechos pone algo de luz y explica la relación del caso con la política. Con un trasfondo de guerra silenciosa, moderada, pero declarada contra uno de los zares de los medios K.
Hace unos días, con la venia oficial, el ex piloto de rally que fue candidato del PRO en su provincia natal encaró un proceso de due diligence, investigación previa sobre los activos que se intentan comprar con el objetivo de rastrear problemas a futuro.
Esa examinación, que incluyó a C5N, las radios (Pop, Mega, Vale, Radio 10) y las productoras La Corte e Ideas del Sur, dio los resultados esperados. Un pasivo impagable que supera ampliamente el valor de los bienes, además de una deuda impositiva con el Estado que excede los $20.000 millones y alcanza a otras firmas no periodísticas del holding. Según un detalle al que accedió Letra P, el rojo de Indalo con AFIP incluye los $8000 millones que evadió en tributo a los combustibles con la petrolera Oil; y todos los aportes patronales nunca abonados en su mayoría entre los años 2012 y 2014. Dentro del mismo pelotón quedaron los juicios en curso que iniciaron periodistas y productores despedidos, como Marcelo Longobardi. Las acciones legales no son un dato menor: horas atrás se confirmó que Analía Franchín, panelista y actual pareja de Sebastián Eskenazi, le ganó a López un juicio al 100% y podrá cobrar $9 millones. Es ése el menor de los litigios.
En paralelo al due diligence, se acordó entre las partes (Cristóbal y Terranova), iniciar una limpieza progresiva de periodísticas que, más allá de sus modos, fueron críticos con el Gobierno, como Roberto Navarro. Además de un viraje a un oficialismo friendly de la pantalla en las mañanas, quedando relegada la crítica a los horarios centrales de la noche. Pero la operación quedó trunca de un día a otro. Hay dos hechos significativos a observar. El lunes último, Gonzalo Espinoza Paz, el letrado patrocinante de los periodistas despedidos, presentó al Enacom (ente que regula los medios) un recurso para frenar la constitución de un fideicomiso que incluiría todas las sociedades de medios de Indalo. Se basó en la inhibición de bienes que el juez federal Julián Ercolini dispuso sobre los bienes de Cristóbal López y su socio, Fabián De Souza. Ergo, no se podía vender ni ceder un bien cuyo propietario no podía controlar. Casi 24 horas después, llegó una movida particular de la AFIP. Alberto Abad se presentó en la Justicia con los mismos argumentos, considerando que el fisco y el Estado son acreedores de la deuda de López.
Haciendo gala del respeto que le tienen, el sabueso que supo trabajar con todos los gobiernos peronistas del 2001 a esta parte le insistía al presidente Mauricio Macri que había que cobrar la deuda de Indalo a como dé lugar. Pero hasta el momento no había tenido éxito, hasta que cambió la idea oficial.
¿Por qué el Gobierno dejó de sugerir y avalar la venta a intentar cobrar y profundizar la guerra contra López? La primera razón, tanto Abad como el vice jefe de Gabinete, Mario Quintana, creen que lo de López es insostenible desde la deuda, que casi hace que la venta sea una quimera. Sospechan además, con bastantes fundamentos, que algunas operaciones de Indalo que exceden a los medios, como el negocio del petróleo, son pasibles de pesquisas por presunto lavado de activos. Fue el periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, quien develó que el dinero evadido en impuesto a las naftas era usado por Cristóbal para comprar otras empresas. De allí parten las sospechas de movidas non sanctas.
La tercera línea que explora las razones del giro oficial sobre el caso C5N es la teoría del testaferro liquidador. No son pocos los que entienden que Terranova decidió constituir el fideicomiso para gambetear el pago de los pasivos, deudas y juicios. Para entrar en una segunda etapa que consistiría en un achicamiento de los medios, despidos, retiros voluntarios, y posterior cesión de esos bienes saneados a compradores con espalda. Algunos incluso se acordaron del caso reciente de Mariano Martínez Rojas, el fraude correntino que llegó para comprar el diario Tiempo Argentino de la mano de Sergio Szpolski y con el fin de hacer el trabajo sucio de vaciamiento. En la política, de hecho, relacionan los casos Szpolski y López con un acuerdo entre el Gobierno y los empresarios para liquidar de una u otra manera los medios y evitar así la aceleración de causas judiciales en su contra. No parece una versión descabellada cuando se escucha a más de un empresario que ya tiene medios seguir de cerca el caso C5N, penando luego por la caída del fideicomiso y el casi retiro de los Terranova.
“Queremos cobrar, esa deuda no se le puede perdonar a nadie”, rezan en el Gobierno y niegan que Casa Rosada esté involucrada en una persecución a López. Entre los que toman decisiones hay una disputa de los que aceptan la necesidad de un plan de facilidades y los que consideran que, en este contexto eleccionario, hay que ir por todo y de paso golpear mediáticamente a la crítica más extrema. Hay jurisprudencia reciente que da la pauta de que ganarán los duros. La semana pasada, el Estado obligó a la prepaga Osde a pagar $8000 millones, por una deuda con el Estado que superaba ampliamente ese valor. Un rojo similar, con diferente vara. Sobre este punto, juega también en contra de un plan de pagos la embestida de los que tienen juicios pendientes, que ya manifestaron que no puede hablar ningún plan especial para aquellos que están inhibidos.
López, Macri, Abad y Terranova, actores centrales de la película del fideicomiso
ORO NEGRO Y MAQUINITAS. Sintéticamente, la operación C5N se truncó cuando empezó a salir a la luz cuál era el esquema y la intencionalidad del fideicomiso. De todos modos, a nivel negocio, los medios de Indalo no son la gran torta de Cristóbal López pero sí un golpe de efecto certero que se capitaliza desde la política. Con el naufragio de la venta, lo que se precipita es una crisis en los pagos a proveedores y de salarios. Esta semana los medios empezaron a tener problemas para pagar los sueldos, inconveniente que sólo venía pasando en el diario Ámbito Financiero.
Otro golpe de efecto que será batalla del próximo año, es el negocio del juego. Los chisporroteos entre Macri y Cristóbal son de larga data, y sólo logró atenuarlos en algún momento el vínculo de ambos con el “Tano” Daniel Angelici, presidente de Boca, denunciado operador del PRO en la Justicia y propietario de bingos en zona sur. Ya en 2015 Macri decidió no darle prórroga al convenio por el que Nación debía monitorear el juego en la Ciudad. Cristóbal es dueño los casinos flotantes de Puerto Madero y de las máquinas tragamonedas del Hipódromo de Palermo. Un artículo de la periodista Emilia Delfino, publicado en Perfil, relata que Macri va por el 30% del negocio de López en Casino Club, y que hay diálogos con empresas españolas que quieren comprar. El mismo artículo reconoce que Cristóbal ofreció vender su parte a los socios, que declararon no contar con capital para la operación. “Es una parte muy menor lo que tenemos”, contó a Letra P una fuente de Indalo. Allí entienden que más allá de todo, el juego está visto como una enorme caja negra, y un golpe sobre este mercado tendría un impacto visual similar al de los medios.
Las estaciones de Oil, un negocio que tiene muchos interesados que buscan comprar a precio basura
Si bien todos los activos de López están en crisis (bancos y financieras incluídos), hay un tercer frente de disputa. El futuro de la empresa Oil Combustibles. En voz muy baja, se negocia la venta de una parte de la firma. Sobre todo después del escándalo de los impuestos evadidos. “Los compradores locales, todos ofrecieron poca plata”, confiesan en el entorno de la gerencia de la compañía. Y cuentan que uno de los sondeados fue Bulgheroni, que luego de la fusión de Bridas y BP se transformó en la mayor potencia hidrocarburífera detrás de YPF. Naturalmente, la crisis financiera del grupo puso la carroña a disposición y no son pocos los que buscan de hacerse de activos a precio basura.
En el gobierno se encargan de minimizar los rumores de una visita de Terranova a La Rosada para pedirle soporte monetario al Presidente. Pero todo indica que sin una intención de jugar por parte del Estado, el destino de las firmas de López no muestra una recuperación en el horizonte cercano.