ENTREVISTA

Oscar Blando: "La reforma constitucional es la asignatura pendiente de Santa Fe"

El director de Reforma Política y Constitucional de la provincia explica cómo será el proceso que terminará en la redacción de una nueva Carta Magna. Los principales cambios y la reelección.

 

En diálogo con Letra P, el director provincial de Reforma Política y Constitucional, Oscar Blando, explicó los detalles del proceso y las principales modificaciones que sufrirá la Carta Magna provincial para adaptarla al modelo nacional.  

 

-¿Por qué surge la iniciativa de reformar la Constitución?

 

-Santa Fe tiene una de las constituciones más antiguas del país. Junto con la de Mendoza, son las dos que no fueron modificadas con la oleada de los años ´80, que se dio en la mayoría de las provincias con el regreso de la democracia, ni luego del ´94, cuando se reformó la Constitución Nacional. La provincia fue sede de las más ricas e históricas reformas, desde la primera, en 1853, y luego tuvo constituciones provinciales muy progresistas, como la de 1921, que estableció la autonomía municipal y la posibilidad de que las mujeres votaran para cargos locales mucho antes que en la Nación. Sin embargo, todo esto no está reflejado en la Constitución vigente, que es de 1962.

 

-No es la primera vez que un gobierno intenta comenzar este proceso de reforma.

 

-Hace años que se está intentando reformar la Constitución. Se planteó en los dos períodos del gobierno del Frente Progresista, tanto de Hermes Binner como Antonio Bofatti. También antes, durante los gobiernos peronistas de Carlos Reutemann y Jorge Obeid, pero no se consiguió. Este proceso no es novedoso, es una asignatura pendiente que tiene Santa Fe.

 

-¿Por qué antes no se pudo hacer?

 

-Ha habido cierta mezquindad política. Un tema que trabó siempre la discusión fue la posibilidad de incorporar una reelección para el gobernador (como prevé la Constitución Nacional para el presidente). Tanto Obeid como Binner y Bonfatti plantearon su autoexclusión, es decir, la no reelección de su propio mandato. Sin embargo, tampoco se pudo reformar en ninguno de los tres gobiernos. Esto quiere decir que ese argumento era falso. Porque, si el problema hubiera sido ése, ya tendríamos la reforma hecha.

 

-Pero el gobernador Lifschitz no se autoexcluyó.

 

-Lifschitz dijo que poner ese tema como principal empobrece el debate y que será una cuestión más en la discusión política.

 

-Pero no planteó su autoexclusión.

 

-La realidad es que no hay un proyecto oficial; el Gobierno no envió nada. Solamente las bases para la reforma. Ese tema va a ser parte de los acuerdos que se vayan construyendo con los partidos políticos. La idea es llegar a acuerdos lo más amplios posibles. Ahora se inició un camino en el que hay que privilegiar lo que nos une, que es mucho más que lo que nos separa. Hay que ir buscando consensos y dejar para último momento los temas más conflictivos.

 

-¿Cómo va a ser el proceso de reforma?

 

-Nuestro plan es iniciar un proceso que se ha denominado "Bases para la reforma", que consiste en rondas de consulta y de diálogo con, centralmente, tres actores político sociales: los legisladores (representantes de todos los partidos políticos, ya que se necesitan las dos terceras partes de cada una de las cámaras para avanzar en la reforma), los especialistas que aportan el saber técnico jurídico y el tercero, que es el más rico e interesante, es la sociedad civil. Entendemos que es importante que la ciudadanía se apropie del debate y de los contenidos de la reforma, garantizando que esa voz sea escuchada y tenida en cuenta.

 

-En ese caso, ¿se prevén audiencias públicas?

 

-Hay distintos mecanismos de participación. El gobernador anunció el lanzamiento de una plataforma digital en la que va a haber participación directa de la ciudadanía, que podrá hacer consultas y propuestas a través de una web. Por otro lado, va a haber una extensa participación territorial. No solo con las instituciones como la Facultad de Derecho de Rosario, donde va a haber audiencias, sino con el Consejo Económico y Social y los foros regionales. Además, va a haber un esquema de talleres.

 

-¿Cuánto va a durar todo el proceso?

 

-En principio, va a ser hasta fin de año o los primeros meses del año que viene. Eso depende también de los tiempos políticos, del avance paralelo del diálogo con los partidos. Si hubiera consenso, hacia fin de año podría haber un anteproyecto de ley de necesidad de la reforma.

 

-¿Cuáles son los principales ejes de la reforma?

 

-Nosotros decimos que una constitución es un acuerdo de convivencia democrático; se supone que impone reglas de juego, límites a los poderes públicos y privados, derechos, libertadas y garantías. Creemos que desde una mirada del más débil no es lo mismo que los derechos estén o no incluidos en la Constitución. El reconocimiento permite, luego, la lucha por la efectivización de esos derechos. Con esa idea, Santa Fe puede ampliar los derechos de la reforma del ´94.

 

-¿Por ejemplo?

 

-Nada impide que Santa Fe imponga en su Constitución la paridad de género, algo que no está mencionado en la Constitución del ´94. Sería un ejemplo de la progresividad de derechos. Otro tema: la Legislatura de Santa Fe empieza sus sesiones el 1 de mayo. Eso es un resabio del siglo XIX, cuando los legisladores iban en carreta a las sesiones  y tardaban en llegar. Eso hay que actualizarlo. Hoy, los jóvenes de 16 años pueden elegir presidente pero no pueden votar para gobernador, porque en Santa Fe la Constitución dice que es a partir de los 18.

 

-En algún momento se había planteado la idea de que la Legislatura provincial fuera unicameral. ¿Piensan avanzar en eso?

 

- Hubo propuestas en ese sentido pero creo que hay mayor consenso en mantener el sistema bicameral, tal vez con algunas modificaciones. En Diputados habrá que ver si se mantiene la cláusula de gobernabilidad que establece que, de 50 diputados, la mayoría se lleva 28, o si vamos hacia un esquema proporcional. También hay que discutir si el Senado se mantiene con un senador por circunscripción para los 19 departamentos o diseñamos otra forma más equitativa, proporcional. Son alternativas. Otro punto importante es que Santa Fe incumple un mandato expreso de la Constitución Nacional, que impone a las provincias asegurar la autonomía municipal. Pese a que la Constitución provincial de 1921 la incorporó, hoy Santa Fe no la tiene. Y eso es un cambio fundamental: cambia las reglas de juego económicas.

 

-¿Y los derechos de tercera generación?

 

-El medio ambiente es otro tema importante, además de la incorporación de derechos de género. Tampoco tenemos constitucionalizado el Consejo de la Magistratura, el Defensor del Pueblo, el acceso a la información pública ni las formas de participación semidirectas, como consulta popular, iniciativa ciudadana o revocatoria. Hay una necesidad de actualizar, ampliar derechos y garantías e incorporar instituciones que están retrasadas en términos de organización del poder.

 

-¿Es el tiempo político adecuado para encarar esta reforma?

 

-Si es por situaciones difíciles, en 1853, cuando todavía estaban humeantes los cañones de la guerra entre unitarios y federales, el país se pacificó en función de la Constitución. Nuestra Constitución provincial de 1962 se hizo en los días en que caía Arturo Frondizi y se tuvo que publicar en los diarios y no en el Boletín Oficial. Nunca parece que es el momento ideal.

 

 

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