Hay que pasar el invierno, decía el ultra liberal Álvaro Alsogaray, ministro de Economía de Arturo Fondizi (padre del desarrollismo argentino, presunto modelo inspirador del macrismo) y del presidente de facto José María Guido. La pregunta es cómo. O cómo hacerlo sin morirse de frío. En estos días se empiezan a repartir en la provincia de Buenos Aires las nuevas boletas del servicio de gas con los aumentos aprobados por el gobierno de Mauricio Macri el 1º de abril pasado y ratificados, casi con júbilo, por el ministro de Infraestructura bonaerense, Edgardo Cenzón, haciendo de vocero de la gobernadora María Eugenia Vidal.
Subas del 400% en el valor del metro cúbico, del 900% en cargos fijos que disparan costos impositivos incluidos en el precio final del servicio, valores de “factura mínima” que aumentan 700% y lugares en los que, con una tarifa retrasada sostenida por amparos judiciales, el costo subirá hasta 2.000 por ciento. Además, a esto hay que agregarle que alrededor de un cuarto del valor final del gas distribuido por red representa el valor al público del consumo del gas puro, en tanto los otros tres cuartos lo constituyen impuestos y una pequeña cuota de gastos administrativos. Eso sí, todos suben.
Una familia tipo con una casa con tres calefactores de mediano tiraje llegó a pagar en 2015 boletas bimestrales de $1.500 con el tarifazo de 2014 aprobado por el entonces ministro de Planificación. Julio De Vido, y avalado por el entonces gobernador Daniel Scioli en la provincia. Hoy, ese mismo consumo se pagaría no menos de $8.000.
El gas natural, ese recurso que abunda en la Argentina y que la centenaria industria petrolera fue convirtiendo en uno de los elementos más masivos a la hora de optar por un sistema para calefaccionar una casa cuando hace frío, hoy se convierte en un privilegio para pocos por su alto costo.
Los números duros de la resolución marcan que el valor del metro cúbico para hogares residenciales con un consumo promedio pasó de $1,57 a $4,77 el 1º abril, el cargo fijo de $18,07 a $149,57 y sobre esta variable se paga el impuesto a los Ingresos Brutos (más caro, desde ya, proporcional al aumento). Además, otro proporcional destinado a tarifas de distribución y transporte del gas y la factura mínima pasa de $24,69 a $167,37, casi seis veces más o 700 por ciento.
¿Más? Sí, porque hay. Todavía falta el aumento proporcional al valor final del consumo del IVA y otros impuestos provinciales, municipales y fondos especiales.
¿Y los pobres? Los que no tienen gas por red con suerte podrán acceder a una garrafa social por 154 pesos. El que compre una garrafa común o gas en tubo pagará hasta tres veces más.
El titular Consumidores Libres, Héctor Polino, considera que “hay que obligar a las empresas a invertir para ampliar las redes de distribución ya que aquellos usuarios que hoy se tienen que abastecer con el gas licuado de petróleo, es decir, el gas en garrafa, lo pagan entre siete y diez veces más caro que el gas por redes”.
POSICIÓN DOMINANTE. La casi totalidad del territorio provincial del “interior” (exceptuando el Conurbano) recibe el servicio de la empresa Camuzzi, dividida a su vez en Gas Pampeana y Gas del Sur. En conjunto constituyen la mayor distribuidora de gas natural de la Argentina en términos de volumen, cubren el 45 % del país en dos regiones contiguas y tienen una licencia de distribución exclusiva y renovable por 35 años para operar el sistema de distribución de gas natural. Abastece a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Gas Pampeana da el servicio a más de un millón de viviendas. Gas del Sur, a más de medio millón de hogares.
¿QUÉ ES CAMUZZI? Hoy, las estructuras societarias de Camuzzi Gas Pampeana y Camuzzi Gas del Sur están compuestas por Camuzzi Argentina S.A. y Jismol Company S.A., cuyo presidente es Chrystian Colombo. Jefe de Gabinete del gobierno de Fernando de la Rúa y ex titular del Banco Nación, fue gerente del mercado de Capitales del Banco Río de la Plata y vicepresidente de la Sociedad de Bolsa Macro. Pero también está acusado de lavado de dinero. En 2001, las diputadas Elisa Carrió y Graciela Ocaña presentaron una serie de documentos que ponían al descubierto las cuestionables maniobras del empresario. En concreto, las denuncias apuntaban a Colombo por avalar millonarios créditos -en beneficio del Grupo Yoma y en desmedro del erario público- cuando fue presidente del Nación.
Con el último aumento, hay zonas de la provincia que sufrirán un golpe aún más duro. La recategorización de las tarifas de gas de los usuarios del partido de General Pueyrredón (Mar del Plata y zonas aledañas) gozaban de una tarifa más baja por un amparo que alcanzaba también a Necochea, Azul, Bolívar, General Alvear, General Lamadrid, Benito Juárez, Laprida, Las Flores, Olavarría, Rauch, Tandil, Puan y Tapalqué. En pocas palabras, el amparo se termina y se le suma el tarifazo actual. Las boletas llegarán con una suba promedio de entre el 400 y el 700 por ciento si se lo compara con igual período del año anterior.
El juez federal Alfredo López se opuso al amparo presentado para frenar el tarifazo que se aplicará en estos partidos, que tenían la tarifa congelada, debido justamente a una medida cautelar dispuesta por el propio magistrado, que impidió que se aplicara el cuadro tarifario autorizado por el Gobierno nacional en 2014. De esta forma, la zona que pagaba 0,22 pesos por metro cúbico ahora pagará $4,77. O sea, un aumento de 2.000%.