El fiscal federal Federico Delgado pidió este lunes la detención de Adrián Conci, uno de los organizadores de la fiesta electrónica realizada en Costa Salguero, que dejó cinco jóvenes muertos el sábado a la madrugada. Además, apuntó a la falta de controles y trazó un paralelismo con la tragedia de Cromañón, ocurrida el 30 de diciembre de 2004, que derivó en la destitución del entonces jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y en la condena de tres funcionarios del Gobierno porteño.
En el escrito que elevó al juez federal Sebastián Casanello, quien lleva adelante la causa, el fiscal pidió que ordene la detención de uno de los organizadores de la fiesta electrónica Time Warp, y que investigue la relación de Conci con los concesionarios del predio de Costa Salguero, donde se realizó el evento.
“Es inevitable pensar en Cromañón”, señaló el fiscal, que hizo referencia a las condiciones del lugar que, según consideró, “agravaron el curso del evento, como ser entre otras, baños colapsados, nula ventilación, ambiente sin ventanas y sin ventiladores, altísimas temperaturas, grandes colas de personas para acceder a la compra de botellas de agua (más de una hora de tiempo) las cuales se vendían a 40 pesos e incluso se llegaban a pagar 100 pesos si en la caja no tenían cambio, robos de botellas de agua y avalanchas en el ingreso y en horario pico producto de la excesiva cantidad de gente que había -posible sobreventa de entradas".
El fiscal apuntó también a la “venta de droga organizada” y “el hacinamiento” y colocó por estos motivos al responsable del evento como “responsable de los hechos”. No descartó que el curso de la investigación derive la atención hacia “otros responsables”. Algo similar a lo que sucedió en la tragedia de Once, que el fiscal cita en su dictamen.
El episodio ocurrido el 30 de diciembre de 2004, que dejó un saldo de 194 muertos, derivó, en aquel entonces, en el juicio político y destitución de Ibarra, además del procesamiento y condena de funcionarios, policías, el gerenciador de República Cromañón, Omar Chabán, y los músicos de la banda Callejeros, que tocaba esa noche en el boliche de Once.
En el caso de los funcionarios públicos, fueron condenados la ex secretaria de Control Comunal Fabiana Fiszbin, la ex directora adjunta de Fiscalización y Control Ana María Fernández y el ex director general de Fiscalización y Control Gustavo Torres. También el ex subcomisario de la comisaría 7 Carlos Díaz, acusado de cohecho pasivo.
El cantante de la banda, Patricio Fontanet, fue condenado a siete años de cárcel, mientras que el baterista Eduardo Vásquez y Raúl Villarreal, mano derecha de Chabán, a seis. El resto de la banda recibió cinco años de condena y el escenógrafo, Daniel Cardell, tres. Los funcionarios, entre cuatro y tres años. El ex subcomisario fue sentenciado a ocho años mientras que el ex manager de Callejeros, Diego Argañaraz, a cinco.
En todos los casos, se apuntó a las condiciones en las que funcionaba el boliche, habilitación y elementos que contribuyeron a potenciar la tragedia, como el exceso de público, el material tóxico que produjo el envenenamiento de los concurrentes tras el incendio y la falta de controles en cuanto a salidas de emergencia y seguridad del local. La banda fue considerada co-organizadora del evento, junto a Chabán, y responsable del ingreso de bengalas y pirotecnia que provocaron el incendio.