Florencio Randazzo transcurre sus días entre su casa de Gonnet y algunos bares estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires.
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Florencio Randazzo transcurre sus días entre su casa de Gonnet y algunos bares estratégicos de la Ciudad de Buenos Aires.
Atrás quedó el descanso de enero, en Valeria del Mar, y mucho más lejos, los sinsabores de un 2015 que lo dejó afuera y también donde se autoexcluyó de la pelea electoral.
El ex ministro del Interior y Transporte durante el gobierno de Cristina Fernández volvió a la escena política, aunque con perfil bajo y una estrategia que va afinando en paralelo al movimiento del nuevo oficialismo.
Está entusiasmado, las encuestas que le han acercado lo ubican como un dirigente con muy buena imágen y un margen de aceptación que excede el universo kirchnerista.
Entre tantos saltos políticos, Randazzo quedó ubicado como el único que cumplió su palabra, y se fue a su casa cuando no lo dejaron jugar la interna presidencial del FpV.
Ahora, planea su vuelta, en medio de la catarsis inevitable en la que se encuentra el PJ, tras la derrota en Nación y en la provincia de Buenos Aires.
Su primera decisión, blanquear algunos de los encuentros que sostiene con figuras del peronismo.
Así fue el caso de la reunión convocado por el gobernador de Formosa, Gildo Insfran, en capital, y a la que se sumaron los ex mandatarios provinciales, Eduardo Fellner y José Luis Gioja (Vice 1º de la Cámara Baja).
Todos ellos, figuras clave en el nuevo armado del PJ nacional. También hubo encuentros con el jefe del bloque de senadores nacionales del FpV, Miguel Angel Pichetto, y con el ex titular de Diputados, Julián Domínguez.
Según cuentan en el entorno randazzista, cuya tropa quedó fuera de todos los espacios legislativos tras la pelea con CFK y los camporistas, el "jefe" no planea meterse en la interna del PJ, pero si sobrevolar esa circunstancia.
De hecho, en los últimos años, Randazzo no participó de las movidas que se gestaron en el entorno partidario, ya sea a nivel nacional o provincial.
El ex titular de transporte, está mas cerca de ubicarse como gestor de un nuevo Frente Electoral, que de sumergirse en las turbulentas aguas del peronismo.
Para que meterse ahora en una pelea de la que no fue parte.
En lo inmediato, mantendrá el perfil bajo, con apariciones a cuenta gotas, en espera de un momento más propicio para mostrarse. Y en lo laboral, evalúa varias propuestas de asesoría en gestión, en empresas privadas.
Es evidente que Randazzo mira las legislativas de 2017 y no deja de ambicionar pelear la presidencia de la nación en 2019.
Sabe que el FpV se quebró, y que él esta en las antípodas de la "resistencia" cristinista. Sabe también que al ex gobernador, Daniel Scioli, le resultará muy difícil posicionarse como la figura de la unidad para reeditar su candidatura presidencial.
Y sabe Randazzo, que las encuestas que maneja, son miradas con atención por los referentes del PRO y el radicalismo.
Días atrás, durante una entrevista en TV, el titular de la Cámara Baja nacional, el macrista, Emilio Monzó, ponderó su figura.
"Está muy tranquilo, y por ahora corrido de la escena, pero le va muy bien en la calle, con la gente" contestan desde su entorno, cuando se piden presiciones sobre el futuro electoral del ex funcionario.