ESCENARIO

Elecciones, peronismo y Milagro Sala: los tres silencios sonoros del retiro de Chapadmalal

El acercamiento con partes del PJ fue uno de los temas del menú que compartieron los 35 integrantes del encuentro sobre el filo del 2017. El caso Sala una preocupación casi unánime.

Cómo diseñar la gestión del gobierno para el año electoral que viene, después de un primer ciclo inaugural donde el desgaste del ajuste ya comenzó a dejar marca en la imagen de Cambiemos. Ése fue el eje central de la Jornada de Trabajo que encabezó el presidente Mauricio Macri con todos sus ministros, dentro de los bungalows en la residencia vacacional que tiene el Poder Ejecutivo en Chapadmalal, a 20 kilómetros de Mar del Plata.  El segundo, por fuera de la mini exposiciones por áreas de gestión, fue la detención preventiva de la líder de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, que ya fue considerada como una prisión política por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), y por su presidente, el uruguayo Luis Almagro. Estos dos últimos pedidos resonaron en las habitaciones al lado del atlántico, porque los dos pronunciamientos sucedieron entre jueves y sábado, epicentros del "retiro" que tuvo 35 sillones para todo el Gabinete, sus ministros, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente provisional del Senado Federico Pinedo, el titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, el jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara Alta Angel RozasMario Negri, encargado de coordinar el bloque de la UCR en la Cámara Baja. Por fuera de las escasas presencias del radicalismo en el Ejecutivo, los dos radicales de origen parlamentario deslizaron con amargura a sus colaboradores que los trataban como "parias" y que "nadie les daba bola". Monzó, como era previsible, fue la voz vinculada al peronismo dialoguista y la Coalición Cívica (que conduce Elisa Carrió), no tuvo ningún interlocutor presente. 

 

Cada invitado tuvo que resignar su celular por un rato, aunque luego de las rondas que encabezó el Presidente pudieron salir de la incomunicación con el exterior. No fué la única barrera: los mensajes a la prensa fueron articulados en cinco conferencias de prensa donde hablaron los ministros Alfonso Prat Gay (Hacienda), Rogelio Frigerio (Interior y Obras Públicas), Patricia Bullrich (Seguridad), Esteban Bullrich (Educación), Francisco Cabrera (Producción), la vicepresidenta Michetti. Además del elenco, el jefe de Gabinete Marcos Peña habló al principio y al final se sentó al lado del presidente, sin decir una sola palabra dentro de una conferencia donde sólo hubo lugar para cinco preguntas. 

 

El mandatario anunció cien ejes de gestión que finalmente no fueron comunicados, y que se conocerán "dentro de pronto", explicó un funcionario de Casa Rosada. "Hablamos todo el tiempo de gestión, pero es inevitable hablar de política en cada tema de gestión", reconoció otro consultado de la Casa Rosada que intentó atajar las incógnitas electorales sobre el año que viene. 

 

La presencia de Monzó alimentó los interrogantes sobre el ingrediente político del encuentro. Es el único miembro de la mesa chica que diariamente coordina Macri que ventiló sus opiniones sobre un posible acercamiento de Cambiemos con sectores del Partido Justicialista y del Frente para la Victoria. "La tranquera grande sigue cerrada, pero el alambrado de esto es bastante largo, así es que nunca se sabe", bromeó con tono campero un funcionario del interior para confirmar el debate que negaron en Mar del Plata, pero también para dimensionar la "cantidad de peronismos que hay en este momento", como dijo Peña en la primera conferencia de prensa, donde blanqueó que "las versiones no existen, pero qué las hay, las hay", como reza el dicho sobre las brujas. "No ha habido nunca un reclamo de una alianza más fuerte, la pregunta es cuanta apertura hay para nuevos aliados, pero si hay más gente que se quiere sumar al cambio, lo analizaremos, porque hoy es muy difícil hablar de un peronismo, en realidad hay varios", opinó. 

 

Al día siguiente, luego de que Michetti hablara de buscar más acercamientos con sus electores, el ministro Bullrich aseguró que el paso inmediato es "fortalecer Cambiemos", pero por ahora con lo propio. Los matices del discurso público del Gobierno evidencia que el debate de acercamiento al peronismo tiene una relojería controlada. Ante las consultas de Letra P, un funcionario de la Casa Rosada tomó el guante del enigma: "Nosotros no descartamos la ampliación, de hecho la venimos planteando desde hace varios meses" reconoció la fuente y habló de dos objetivos para el año próximo: "El primero es fortalecer Cambiemos en todo el interior del país con el lanzamiento de las mesas provinciales, y el segundo, de forma lateral y paralela es, en algunas provincias ampliar esa mesa a otros sectores", detalló en referencia a los puentes con algunos sectores del pejotismo.

 

Sin embargo la incógnita es el momento elegido, si en 2017 o en 2019. "La elección de medio termino no nos impone sumarlos directamente en nuestras listas. Hay provincias donde el resultado electoral va a ser ambivalente. Por ejemplo, en Salta si gana (Juan Manuel) Urtubey y nosotros salimos segundos, y después Urtubey habla bien del Presidente, ¿que pasa ahi? ¿habremos ganado?, ¿empatado? ¿o perdimos?", graficó la fuente, en referencia al gobernador que más diálogo tiene con Cambiemos, pero también al cordobés Juan Schiaretti. "Lógicamente le encantaría cerrar con nosotros y está dispuesto, pero si nosotros vamos con nuestros candidatos, ¿cual es la lectura si los candidatos de Schiaretti ganan y después hablan bien del Presidente?, ¿Habremos ganado más allá de cómo nos vaya?, se preguntó. 

 

La caracterización del costado más poroso del peronismo para Cambiemos parece no que implica urgencias y, por lo tanto, el debate interno del oficialismo sobre los temas que planteó Monzó en público todavía pueden ser controlados para evitar un cisma. Pero el trabajo de acercamiento ha comenzado, y en algunos despachos de la Casa Rosada apuntan a segundas bases. "Eso sí que nos suma, especialmente en Provincia de Buenos Aires. Siempre nos conviene que haya varios nombres de candidatos del peronismo  dando vuelta para dividirlo y poder fortalecernos en esa división, pero si bien Monzó dice a quiénes le gustaría que estuvieran, hoy esa discusión no nos desvela", confiaron desde la cartera de Interior. 

 

El capítulo económico fue abordado, pero buena parte de los aspectos que cargan los seis ministros del Ejecutivo dentro del Gabinete Económico habían sido hablados en la reunión previa que hizo el presidente Macri con el mismo elenco y la canciller Susana Malcorra para definir una "inserción inteligente en el mundo". 

 

En medio de los almuerzos y las cenas para 35, los pronunciamientos de la CIDH y de Almagro cayeron como una piedra. La muestra de la incomodidad quedó evidenciada en los confusos mensajes del Ejecutivo. El viernes por la noche Peña minimizó el pronunciamiento del presidente de la OEA como "una carta personal" y el sábado al mediodía Macri apeló a las mayorías y a las creencias para justificar una prisión preventiva que ya fue condenada por tres organismos internacionales y por Human Rights Watch, un organismo cuestionado pero muy respetado por el macrismo. 

 

Las preocupaciones sobre los impactos negativos del escándalo internacional son casi unánimes y apuntan al gobernador de Jujuy Gerardo Morales, señalado desde el Gobierno como el responsable de todos los males por la forma en que se implementó el cerrojo judicial contra Sala, que comenzó con una detención por sedición al liderar una protesta. 

 

A partir de esta semana, los aires del atlántico comenzarán a disiparse. Será la previa de la comunicación que el Gobierno prepara para el primer aniversario de la llegada de Macri al poder. Pero los temas menos mencionados en la cumbre ministerial, seguirán tan presentes como la vocación para negarlos. 

 

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