IMPUESTO A LAS GANANCIAS

Unidos por el espanto: la trastienda del "trabajo de pinzas" que impulsó el Gobierno

En la Rosada hablan de un aceitado mecanismo para doblegar al Senado. Pero el ingrediente secreto fue el riesgo de afrontar una crisis peor por Ganancias. Breve tregua para las internas del Gabinete.

Conmocionado por el revés sufrido en Diputados la semana pasada, el Gobierno aprovechó el último fin de semana largo del año para coordinar a los sectores que pujan alrededor del presidente Mauricio Macri, con el fin de evitar un cierre de 2016 peor al esperado dentro del Congreso. Algunos frutos de esa maratón de telefonazos, comunicaciones fallidas, reuniones reservadas, pases de facturas y negociaciones millonarias comenzaron a verse este martes 13 en la Cámara Alta. "Siempre vimos que el proyecto de (el diputado nacional del Frente Renovador Sergio) Massa, más allá de la alharaca que hicieron todos, era esencialmente malo. Tenía dos debilidades de nacimiento: la foto de todos los salieron a apoyarlo y el propio contenido del borrador. Trabajamos sobre esos dos puntos y hemos podido parar la pelota", celebró uno de los funcionarios que, cerca de la medianoche de este martes, acompañaba al jefe de Gabinete Marcos Peña antes de bajar la persiana de una jornada extremadamente larga para los hombres de la administración de Cambiemos.

 

Esta vez, a diferencia de los traspiés sufridos con la reforma electoral, los sectores que antagonizan dentro del Ejecutivo combinaron esfuerzos para evitar que la sesión extraordinaria que había convocado el Macri terminara en una derrota que amplificara la que sufrieron la semana pasada, cuando massistas y kirchneristas se unieron para imponer un proyecto de reforma del Impuesto a las Ganancias que dejó al Gobierno al borde del veto.

 

Cerca de las 10.30 de la noche, los funcionarios de la Casa Rosada habían comenzado a dejar dejar sus despachos luego de una jornada que arrancó con una conferencia de prensa encabezada por el jefe de Gabinete Marcos Peña y sus secretarios de Coordinación Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. En rigor se trató de una reunión de gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner, donde el trío ordenó a la propia tropa, aventó los rumores del veto y abrió la puerta para que el ministro del Interior Rogelio Frigerio reactivara las negociaciones que mantenía con las provincias dentro del Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal, una iniciativa donde el Ejecutivo venía tejiendo distintas cuentas para llegar al Congreso con una reforma de Ganancias consensuada con los gobernadores.

 

Tanto al lado de Peña, como de Frigerio, dicen que la decisión de evitar el veto y de profundizar la negociación en el Senado fue del propio Presidente. "Era notable que se habían juntado a con otro propósito. A eso se agregó la enmienda que mandó Axel Kicillof al proyecto que había acordado con Massa y eso convenció a varios de nuestros interlocutores de que había un alto grado de improvisación", contó otro de los funcionarios con rango de secretario de Estado que dejó la Casa de Gobierno poco antes de la medianoche.

 

Según el discurso oficial de Cambiemos el trabajo desarrollado y pensado durante fln de semana fue un aceitado engranaje que puso a prueba la capacidad de maniobra del Gobierno. Pero algunos funcionarios reconocen que el camino para llegar a una ofensiva común estuvo sembrado de espinas. Tantas, que varios interlocutores del Senado se negaron a recibir los llamados de Peña y en su lugar reclamaron hablar solamente con Frigerio. Uno de ellos, dicen en el Congreso, fue el titular del bloque de senadores del FpV Miguel Angel Pichetto que le habría exigido al ministro del Interior y Obras Públicas que "por favor" lo exima de hablar con el jefe de Gabinete.

 

Con cautela cerca de Frigerio niegan que haya existido tal pedido, aunque la foto que protagonizó por la tarde junto a los ministros de Hacienda de 21 provincias exhibió un poder de fuego que no tiene Peña, ni sus secretarios de Coordinación, con las provincias. "En el Senado movimos a (el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos Alberto) Abad, mientras que Rogelio hizo lo propio, los radicales aportaron lo suyo y así apuntamos al nudo de la cuestión, especialmente porque el proyecto, además de ser un mamarracho, fue debatido con el presupuesto aprobado", retrató una fuente que se empeñó en mostrar un eficaz nivel de coordinación entre sectores que, hasta la semana pasada, no se prodigaban los mejores deseos de año nuevo. "Habiendo conocido el impacto fiscal real del proyecto que recibió media sanción en Diputados, expuesto hoy por el director Ejecutivo de la AFIP, los ministros o secretarios de Economía de las provincias acuerdan solicitar al Congreso Nacional posponer el tratamiento en el recinto hasta tanto se pueda evaluar el efecto sobre las finanzas públicas nacionales, provinciales y municipales", reza la parte más determinante del comunicado que difundió la Casa Rosada antes de lanzar una nueva troika de negociaciones.

 

"Hubiera sido más difícil si el proyecto hubiera sido bueno, pero Massa eligió subirse a un proyecto que no estaba pensado, ni tenía dictamen y que era un cúmulo de buenas intenciones", remarcó un interlocutor de Frigerio que tampoco se privó de festejar que el líder del Frente Renovador se demoró menos de 24 horas en dejar "solitos" a sus colegas diputados Kicillof y Máximo Kirchner del FpV. Cerca de Massa, sin mencionar los "abandonos" que remarcó el macrismo, la lectura era cercana a la autocomplacencia: "La postura de los gobernadores en definitiva equilibra el escenario. Salen del rechazo total al proyecto, que es la alternativa que buscaba el gobierno, y se acercan más al planteo realizado por Massa", en referencia a la carta que difundió el tigrense este lunes donde le pidió a Macri que llame a la oposición y acuerde una salida intermedia.

 

Por encima de las lecturas que promueven massistas, macristas, radicales y kirchneristas para quedar bien parados ante la inesperada disputa de fin de año, nadie ha explicado todavía qué deberán pagar los contribuyentes y quiénes serán los más perjudicados con cada proyecto. El detalle es considerado una "nimiedad" por el Gobierno y se pierde al compás de otro plazo político de la negociación: este miércoles el Ejecutivo deberá contestarle a Pichetto si acepta armar la mesa multisectorial que les propuso para pasar del freno que pidieron las provincias a la negociación.

 

Con vehemencia, los hombres del Presidente ya anticiparon que "habrá varias mesas, quizás no sean como la que reclama Miguel Ángel, pero posiblemente haya algo parecido", vaticinó un miembro del elenco oficial en referencia a la reunión que ya compartieron los jefes de la CGT con el ministro de Trabajo Jorge Triacca y el secretario Quintana.

 

La pelota, a los ojos de los consultados, sigue detenida (por el momento) como pretendió el Ejecutivo, pero bajo la bota de los gobernadores provinciales, que sólo reaccionaron cuando les apretaron el bolsillo. Un clásico tan añejo, como creerles todo lo que dicen.  

 

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