Lejos del perfil bajo que siempre buscó, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, volvió a turbar la convivencia hacia el interior del oficialismo. El bonaerense insistió este martes en que a Cambiemos “lo une la responsabilidad de gobernar el país”, y confirmó que “sin duda” convocaría a referentes peronistas, aunque aclaró que “ni loco” abandonará el espacio, que él mismo tejió en las sombras.
“Cambiemos es (el espacio) más sólido por un común denominador, que es la responsabilidad que tenemos de gobernar el país. Hoy nos une y nos encuentra la gobernabilidad, no hay otra cosa que nos una”, enfatizó Monzó en el programa televisivo Los Leuco, luego de la entrevista que concedió para Perfil al periodista Ezequiel Spillman, el biógrafo de la gobernadora María Eugenia Vidal.
El titular de la Cámara baja sostuvo que “desde 2001 en la Argentina no tenemos partidos o alianzas sólidas”, al poner como ejemplo que “el kirchnerismo terminó con el peronismo como partido político”. No obstante, ponderó al PRO como “partido político incipiente” y destacó “la capacidad que tuvo el Presidente para llegar” a gobernar la Argentina.
Monzó volvió a dejar una puerta abierta a la posibilidad de convocar a dirigentes peronistas como Julián Domínguez y Florencio Randazzo, a quienes suele reconocer como viejos compañeros de militancia. Admitió que “si tuviera la posibilidad, sin duda” los llamaría para integrar Cambiemos.
Sin embargo, al ser consultado sobre una eventual renuncia suya, contestó en forma tajante: “Ni loco, para nada, no se me cruza por la cabeza abandonar, mi lealtad es con Mauricio Macri”. “El compromiso más importante que tengo es con el presidente la Nación, hablo todos los días con él... No digo una amistad, pero hay afecto entre ambos, es una relación muy sincera. Mi lealtad es con él”, aclaró.
Fuentes cercanas al ex intendente de Carlos Tejedor sostienen que hace tiempo se sacó el traje de armador político, un rol que cree incompatible con la responsabilidad de conducir la Cámara de Diputados, donde, lejos de confrontar con la oposición, debe buscar acuerdos para cada ley. Por ahora, explican en su entorno, Monzó no intervendrá en la estrategia para las legislativas de 2017 en la provincia de Buenos Aires, “la madre de todas las batallas”.
Lo cierto es que las diferencias de Monzó con Vidal son un secreto a voces. Si bien hubo un intento de acercamiento entre ambos tras casi seis meses de una relación cortada, los resquemores persisten. “Lo que Emilio no puede digerir es que en 2015 en el PRO de la Provincia había una mesa redonda, y hoy hay una mesa con cabecera, que la ocupa María Eugenia”, graficaron a Letra P en los pasillos de la Gobernación. “Su principal problema es verse en igualdad de condiciones con (el ministro de Gobierno Federico) Salvai”, agregaron.
Los obstáculos para Monzó no terminan en Vidal. El diputado busca desmarcarse del ala “marketinera” de Cambiemos, donde encuentra diferencias con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el asesor comunicacional de Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, de quien sostuvo que “tiene muy poca idea, casi nada, de la realidad política y territorial de la Argentina”. Los últimos “timbreos” son sólo un ejemplo de las acciones que molestan al bonaerense.