Sesión agitada en Diputados

La “muerte” de Menem, el merchandising de Olmedo y el desquite de Sandra Mendoza

Detalles de lo que dejó la jornada de este miércoles en la Cámara baja, que duró 13 horas. El voto de Máximo Kirchner y la ira de Diana Conti.

Desde la supuesta muerte del expresidente Carlos Menem hasta el merchandising del controvertido diputado Alfredo Olmedo, la extensa jornada de este miércoles en la Cámara de Diputados –en la que se aprobó la prohibición de carreras de galgos- dejó a su paso momentos tensos, de incertidumbre y hasta cómicos.

 

La primer “perlita” fue bien temprano y tuvo como protagonista a la siempre excéntrica Sandra Mendoza. A través de una cuestión de privilegio, la diputada del Frente para la Victoria la emprendió contra su par Alejandra Martínez (UCR), por la “caradurez que tiene en los programas que va”.

 

“Evidentemente le gusta mucho la televisión”, sugirió la chaqueña, quien, molesta por críticas que recibió de la jujeña, la mandó a “lavarse la boca con lavandina antes de hablar del apellido Mendoza”.

 

Hace tiempo que Mendoza se mantiene a la defensiva: semanas atrás, había presentado otra cuestión de privilegio contra el jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri, al confesar que la tenía “re podrida”, en medio de la discusión por Ni Una Menos.

 

Horas más tarde de las expresiones de la exesposa de Jorge Capitanich, comenzó a circular fuerte en las redes sociales la versión de que el expresidente Carlos Menem había muerto. Productores y editores entraron en pánico intentando confirmar semejante dato, de origen incierto.

 

Pero el rumor se esfumó tan rápido como llegó: a los pocos minutos, un fotógrafo de Télam logró capturar a Menem en el recinto del Senado, que sesionaba para tratar la ley de Participación Público Privada (PPP).

 

Asimismo, fue la propia hija del expresidente, Zulemita Menem, quien desmintió la muerte de su padre con otra foto en la que se los veía a ambos en el Salón Eva Perón, contiguo al recinto. “Mi papá está súper bien, gracias a Dios”, escribió en Twitter, e ironizó: “Le alargaron la vida”.

 

El tema de las carreras de galgos calentó el clima de la jornada desde temprano. Mientras algunos diputados en contra del proyecto especulaban con que la sesión se quedara sin quórum por la noche, un fuerte enfrentamiento de barras se desarrollaba en las afueras del Congreso.

 

La calle Rivadavia fue cortada y, del lado que da a la Plaza Congreso, se manifestaban los proteccionistas de animales, mientras que del otro protestaban los galgueros. Ambos bandos estaban divididos por un cordón policial, y el ingreso a Diputados debía hacerse por la entrada de Combate de los Pozos.  

 

En medio del tumulto, llamó la atención que algunos galgueros lucieran gorros amarillos con el nombre de Olmedo, algo que fue advertido en el recinto por Néstor Pitrola (Partido Obrero) y Victoria Donda (Libres del Sur), quienes denunciaron “amenazas” por parte de la “patota mafiosa” del salteño.

 

La respuesta de Olmedo levantó risas sarcásticas en las bancas: “Yo no soy ningún mafioso, yo tengo bien en claro porqué estoy acá. Yo no traje a nadie, la gente me pidió la gorrita y se las di”, se defendió.

 

Pero el diputado de Salta Somos Todos no sólo dio la nota por su vínculo con los galgueros, sino que lució a lo largo de la jornada un prendedor con el rostro del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, colocado sobre su ya clásica campera amarilla. “El hombre que lleva un pin de Trump y supiera reivindicar el trabajo infantil defiende a los galgueros (y a sus patotas)”, insistía Pitrola por Twitter.

 

Por si fuera poco, Olmedo intentó –sin éxito- aprobar en la sesión un proyecto de declaración que le desea “el mayor de los éxitos” a Trump y destaca la “reafirmación democrática” registrada en las elecciones estadounidenses la semana pasada.

 

Cuando llegó el debate sobre las carreras de canes, Diana Conti entró en ira. “¡Los que quieren quedar bien con los artistas que defienden a los animalitos son de plástico!”, lanzó, al referirse al spot que grabó un grupo de artistas con la consigna “Stop galgueros”.

 

 

Conti dijo no tener miedo a que “la linchen en la calle” y argumentó su postura en contra del proyecto, por las penas “desproporcionadas” que fija -prisión de tres a cuatro años y multas que van de 4 mil a 80 mil pesos-, algo que tildó de “fachista” en comparación con el castigo que se le da, por ejemplo, a los delitos viales.

 

Además, advirtió que “estamos votando la criminalización de argentinos que encuentran un trabajo digno en ese tipo de actividad”, a pesar de las denuncias sobre el supuesto trabajo infantil vinculado a las carreras de galgos.

 

Un último dato de color de la jornada: Máximo Kirchner fue uno de los cinco diputados que votaron en contra de la obligatoriedad de la sala de tres años, uno de los primeros proyectos en ser aprobados, por amplia mayoría.

 

 

 

 

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