En un clima tenso, con fuertes cruces y enfrentamientos entre protectores de animales y defensores de la actividad, la Cámara de Diputados sancionó pasada la medianoche del miércoles la ley que prohíbe las carreras de perros de cualquier raza en todo el territorio nacional. El proyecto resultó aprobado con 132 votos positivos, 17 negativos y 23 abstenciones, y hubo 84 ausente en una votación que marcó grietas en casi todos las bancadas. El propio jefe de la bancada del PRO, Nicolás Massot, se abstuvo.
El debate atravesó de manera transversal a los distintos bloques. Mientras que el Frente para la Victoria dio libertad de conciencia y se dividió entre fervientes opositores a la ley, como Diana Conti, y defensores, como el camporista Marcos Cleri, algo similar pasó en los demás bloques, como el Justicialista, en los que muchos diputados se abstuvieron o se ausentaron a la hora de votar. Por la abstención estuvieron, por ejemplo, Máximo Kirchner y Héctor Recalde, del Frente para la Victoria, y Oscar Romero b Gustavo Fernández Mendía, del bloque Justicialista.
En tanto, los diputados del massismo que estuvieron en el recinto votaron a favor de la prohibición, mientras que varios integrantes del bloque, como Felipe Solá, Cecilia Moreu y Alejandro Snopek, directamente se ausentaron.
Dentro del oficialismo también hubo grietas. Massot se abstuvo en la votación, pese al pedido explícito del presidente Mauricio Macri para que la ley se aprobara. Lo acompañaron, por Cambiemos, Pedro Pretto y Martín Maquieyra, mientras que los radicales Miguel Bazze, Mario Barletta, Eduardo Costa, Francisco Torroba y Héctor "Cachi" Gutiérrez, entre otros, no estuvieron en el recinto. Entre los ausentes también figuraron Gladys González y Pablo Tonelli.
"No puedo votar esta ley, en mi pueblo las carreras de galgos son una tradición muy importante, que da trabajo a mucha gente", explicaba una diputada de la oposición que se retiró del recinto en el momento de la votación. En el mismo sentido, muchos legisladores del interior del país protestaron contra la ley, y acusaron a sus promotores de "no entender desde el Obelisco lo que pasa en algunos pueblos". "Ahora van a querer prohibir la doma y las carreras de caballos. Esto es un disparate", se quejaba un peronista en Pasos Perdidos. En tanto, más de 20 diputados de la bancada de Cambiemos, disconformes con el texto, también quisieron abandonar el recinto, pero fueron reprendidos por el jefe de interbloque, Mario Negri, que apeló al pedido presidencial para lograr el apoyo de los legisladores.
"Esto implica un cambio cultural muy importante", celebró la radical Patricia Giménez, que afirmó que los amantes de los animales no quieren carreras de galgos. En el mismo sentido se expresó la cordobesa Adriana Nazario. "Cuando uno mira a los ojos a los animales sabe exactamente cómo quiere votar", dijo. "Las carreras de galgos no constituyen ni un deporte ni una tradición e implican crueldad y juego clandestino", acotó la diputada del PRO Anabella Hers Cabral.
En contra de la ley habló, de manera enfática, Conti, quien señaló la supuesta inconstitucionalidad de la norma, ya que el poder de policía de los territorios está reservado por la Carta Magna a las provincias. "Es un disparate jurídico", coincidió su compañero de bancada Juan Manuel Pedrini.
Conti cargó además contra la pena de cuatro años de presión prevista en la ley para los galgueros. "Es inconstitucionalidad y bochornoso poner una pena no excarcelable para todo aquel que organice o difunda una carrera de galgos. A las víctimas de violencia vial, que mata hombres y mujeres les llevó ocho años que las penas se suban a cinco años de prisión. Esto es bochornoso", señaló Conti.
La votación terminó pasada la medianoche, mientras afuera del Congreso aguardaban galgueros y defensores de animales, que durante todo el día protagonizaron enfrentamientos y debieron ser custodiados por dos cordones de la Policía Federal.