Tras las reiteradas insinuaciones del PRO sobre eventuales irregularidades el día de las PASO y ante la amenaza latente del fraude, Gustavo Posse salió al cruce de las denuncias de Macri e irónicamente le recomendó cuidar el voto por sus propios medios.
El intendente de San Isidro, quien buscará renovar su mandato por cuatro años más, fue uno de los primeros en marcar a comienzos de año el camino de las fugas en manada del Frente Renovador, en ese entonces bajo el rótulo de precandidato a gobernador.
Sus comparaciones maliciosas entre Sergio Massa y Mauricio Macri le costaron su estadía en ese espacio. Pero el desenlace no fue el esperado, y su arribo al partido amarillo no se cumplió. Pese a insistir por un frente común opositor, Posse no tuvo el aval del líder del PRO, ni de la UCR – quedó sin efecto su foto con Ernesto Sanz-, para constituirse como una opción en Provincia, y debió conformarse con el pago chico.
No obstante, el tire y afloje no terminó allí. Lejos de contar con el apoyo de la estructura del macrismo, el alcalde porteño decidió jugar fuerte y le plantó en su terruño a uno de sus hombres de confianza, el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro.
Por ello, el juego que desplegó Macri es algo que el jefe comunal de San Isidro no termina digerir. “Yo no creo en el político que dice fraude o trampa. Si uno pide el voto es porque lo tiene que cuidar”, disparó Posse esta mañana en diálogo con FM Milenium, en alusión al fantasma del fraude electoral que ha estado en boca de la mayoría de los dirigentes del PRO.
“Hoy estamos ante una elección de boletas sabana”, agregó, y contrapuso: “Mi distrito se autofiscaliza”.
Para terminar, dio su impresión sobre la disputa en suelo bonaerense, y afirmó que “el cargo de gobernador está muy bastardeado”, porque “la elección está nacionalizada”.