Aunque no aparezca en los medios ni en actos públicos, Carlos Grosso es uno de esos personajes de la política que nunca están retirados. Hombre de consulta de muchos dirigentes del peronismo, el ex intendente de la Ciudad de Buenos Aires estuvo en los ya clásicos almuerzos que organiza el Raul Timerman en Pizza Piola y contó anécdotas para entretener a todos los comensales, entre quienes se encontraban nada menos que el ex gobernador bonaerense, Felipe Solá, el histórico Julio Bárbaro y los consultores Manuel Mora y Araujo y Juan Manuel Aurelio.
Grosso y Solá se cruzaron, divertidos, en un recuerdo que trajo a colación el ex intendente, y que incluye al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Según contó Grosso, el ministro le fue a pedir consejo cuando el ex presidente Néstor Kirchner le ofreció dejar su lugar en el Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, por entonces gobernada por Solá, para pasar a la Nación como ministro de Cristina Fernández de Kirchner. “¿Y a vos qué te parece? ¿Tenés que quedarte con uno que se está yendo o con el que recién está llegando?”, le respondió, pragmático, Grosso. “Ah fuiste vos, hijo de puta, me voy a acordar de esto, le respondió, chistoso, Solá.
Además de las decenas de anécdotas que contó sobre su papel en la renovación peronista, al lado de Antonio Cafiero, de la interna con Carlos Menem y de su trato con el ex presidente, Grosso también hizo un diagnóstico sobre la situación política actual. El dirigente analizó que en la Argentina hay dos modelos en pugna: uno que tiene que ver con el liderazgo político del siglo XX, que implica la figura de un líder carismático, seguido por las masas, y otro que se basa en un modelo moderno, más individualista, en el que la sociedad busca un político gestor que solucione sus problemas prácticos. Según Grosso, Cristina es la única exponente que queda en la política argentina del modelo de líder del siglo XX. La Presidenta, de acuerdo con la mirada del dirigente, supo extender ese liderazgo carismático principalmente a través de La Cámpora y es la única de los líderes políticos que tiene votos propios.