Cristina Fernández de Kirchner viajará a Europa a modo de visita "despedida" en su rol de Jefa de Estado y pasará por el Vaticano por pedido expreso.
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Cristina Fernández de Kirchner viajará a Europa a modo de visita "despedida" en su rol de Jefa de Estado y pasará por el Vaticano por pedido expreso.
Aprovechará para visitar por cuarta vez al Papa Francisco, quien había señalado que no iba a recibir a políticos de su país durante el año electoral, pero ya prestó su consentimiento para el encuentro gestionado por la Embajada Argentina en Roma y la Secretaría de Culto.
El Sumo Pontífice, que antes hará una visita apostólica de casi 12 horas a Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, recibirá en los próximos días a otros dos presidentes latinoamericanos: el viernes será a la chilena Michelle Bachelet, y el domingo también estará junto al venezolano Nicolás Maduro.
El miércoles próximo, Francisco recibirá por segunda vez al presidente ruso, Vladimir Putin, en medio del resurgimiento de la violencia en Ucrania. El Vaticano instó a los ucranianos, divididos entre ortodoxos y católicos de rito oriental, a reconciliarse.
Cristina y el Papa tenían programada una audiencia en enero pasado, pero fue cancelada por la fractura de tobillo que sufrió la mandataria argentina.
Al día siguiente, la Presidenta será una de las principales oradoras en la 39a. Conferencia de la FAO, la organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas, que tiene su cuartel general en Roma y que le otorgará un premio al país en reconocimiento a sus progresos en la lucha contra el hambre.
De igual modo, se reunirá el sábado con su ex par brasileño Lula da Silva, que también hablará ante la FAO, y el lunes con el presidente de Italia, Sergio Mattarella.
Si bien se lleva a cabo desde mayo la Exposición Universal de Milán, donde Argentina tiene su pabellón, Cristina no acatará los planes originales y evitará estar presente en el evento. La feria que reúne a 147 países ya fue visitada por más de 2 millones de personas. El problema local tuvo que ver con el armado del pabellón donde se detectaron irregularidades y se imputó penalmente a los involucrados, el canciller Héctor Timerman y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco, porque el predio de 1907 metros cuadrados costó más del doble que uno similar que expuso el país hace dos años en Corea.