Scioli encabezó su último brindis con periodistas como gobernador de la provincia de Buenos Aires, en Capital Federal. Fue durante el mediodía de este martes en la sede porteña del Banco Provincia. Allí, más precisamente en el salón Directorio de la casa central Presidente Arturo Jauretche, el ex motonauta reunió a todo su gabinete y a trabajadores de medios nacionales, de radio y televisión.
Allí brindó un discurso improvisado que se enmarcó en su campaña presidencial, en donde se apuntó como "un puente generacional entre una etapa y la otra", señalándose como el indicado para tomar la posta del kirchnerismo "para encauzar el país en la agenda del desarrollo argentino".
El gobernador hizo un repaso de la historia a partir de la vuelta de la democracia, en donde buscó resumir en aproximadamente 15 minutos las presidencias de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Néstor y Cristina.
"Yo creo que son ciclos y etapas en nuestra democracia; hubo momentos y momentos", arrancó. "Hubo un momento con toda la expectativa en la vuelta de la democracia a quien encarnaba esos valores, y así fue que ganó la elección en el año 83 del padre de nuestra democracia, porque había una demanda muy clara de la sociedad", analizó citando al fallecido Raúl Alfonsín, para luego darle paso a su primer jefe político: Carlos Saúl Menem.
Fue allí cuando se metió lentamente en un pantano en el que no pudo salir con claridad, incómodo porque no se le ocurrían las palabras apropiadas para destrabarse. Casi sin quererlo, comenzó a opinar sobre el gobierno del riojano -que se convirtió en mala palabra en el kirchnerismo, a tal punto que sus dirigentes se acusan unos a otros de haber pertenecido a él-.
En ese sentido, brindó su curioso análisis, por momentos confuso: "luego en el 89, también, la gente se quiso aferrar a una esperanza por la situación económica que se había generado. Y ahí fue que comienza una etapa con distintos tipos de alternativas, con situaciones que después nos tienen que servir de experiencia... en la época de Menem... que esos años transcurrieron en un marco de... un deselance sobre el final que evidentemente nos deja una enseñanza de la importancia de defender la industria nacional, el trabajo argentino, de estar atento... una cosa es abrirnos al mundo y otra es que el mundo nos llene de productos que podemos fabricar acá".
Habló también de La Alianza y claro, de la llegada de Néstor Kirchner, "a quien tuve el honor de acompañar"; luego, de las políticas de Cristina Fernández.
"Disculpen que por ahí hablo de estas cosas... aparte me conocen muy bien, saben que yo hablo lo mismo con el grabador prendido y apagado", dijo Scioli, previo a comentar cómo continúa su carrera para intentar ser presidente a partir de diciembre. "Estamos en un año muy importante para Argentina, con todo lo que significa una elección presidencial, autoridades provinciales, legislativas", expresó, indicando que "yo trato de llegar desde el sentido común, desde el voto a favor, porque también aprendí en la vida que estando ´en contra de´ nunca las cosas pueden salir a favor o bien".
"¿Y ahora desde mi punto de vista qué se viene? Si la gente hubiese deseado mayoritariamente un cambio por el cambio mismo, yo creo que hubiesen tenido en la opción de la nueva Alianza la mayor atracción electoral. Si se hubiese generado un escenario de inestabilidad y todo lo que se presagiaba desde algún sector, seguramente el Frente Renovador hubiese tenido más competitividad electoral y más chances", criticó a Sergio Massa.
"Se pasó la mitad del río, como decimos los navegantes, las peores tormentas quedaron atrás, y hay que seguir avanzando. Con asignaturas pendientes, cuidando lo que haya que cuidar, corrigiendo lo que haya que corregir. ¿Y para eso la sociedad qué demanda? Alguien que sea previsible, confiable, que me dé tranquilidad, que me dé certidumbre. Lo que fue creciendo en estos últimos meses es la necesidad de la gente de saber que pueden contar con alguien y que no van a tener sobresaltos, sorpresas", bajó línea.
Todo, para ponerle un broche de oro a su discurso. "Lo hablaba con Lula el otro día en Brasil", recordó Scioli, quien cambió su tono de voz y utilizando un para nada envidiable portugués, trató de imitar al ex presidente brasilero: "me dice ´compañero Daniel, hemos sacado 40 millones de pobres, los hemos puesto en el mundo del trabajo, tenemos que entender que esta gente tiene nuevas aspiraciones y tenemos que interpretarlas, y los éxitos del pasado no garantizan los éxitos del futuro, tenemos que seguir trabajando para cumplir los sueños´".
"A veces me cargan con lo de la fe, el optimismo, y sí, tengo más fe, optimismo y esperanza que nunca", se despidió, frente a los aplausos de periodistas de muchos medios, como Marcelo Bonelli, María Belén Aramburu, María Julia Olivan y Diego Brancatelli, entre otros.