Con una imagen positiva reconstituida, y en ascenso, Cristina Fernández de Kirchner, se acomoda en sillón de mando, y cierra la puerta de las definiciones.
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Con una imagen positiva reconstituida, y en ascenso, Cristina Fernández de Kirchner, se acomoda en sillón de mando, y cierra la puerta de las definiciones.
La única orden dada es la de entremezclar los candidatos, sin que haya listas únicas. Hasta el momento, Daniel Scioli y Florencio Randazzo, darán la pelea para la presidencia.
Y Julián Domínguez, Aníbal Fernández, y Fernando Espinoza, en la provincia. En tanto en los municipios, se habilitó a todos los candidatos con posibilidades, a dar pelea.
Sin hacer cálculos, se hace evidente que harán falta varias mesas en el cuarto oscuro para contener la cantidad de boletas que ubiquen todas las variables.
Solo pensar que en un municipio con dos candidatos habrá un mínimo de 12 boletas, la situación se vuelve algo caótica.
“Si no hay síntesis, va a ser un quilombo” refiere de forma llana, uno de los operadores del oficialismo provincial. A esto se suma el novelón por la vuelta de los ex massistas, que buscan su reelección en el territorio donde ya se ha plantada un candidato camporista, randazzista, o sciolista, o los tres.
Todos reconocen que la decisión final la tiene CFK, quien ha logrado no solo conservar sino acumular de una manera precisa un caudal de poder casi absoluto.
De hecho, desde la vuelta de la democracia, en 1983, ningún otro presidente, ha llegado al final de su mandato con el liderazgo incuestionable de su espacio político.
“En Matheu 130 se hará la mímica del cierre, pero la posta la resuelven en la Rosada” aseguran fuentes cercanas al gobernador, en relación al 20 de junio, la fecha límite para la presentación de las nóminas electorales.
Otros, en un idioma más coloquial, y con mucha ironía, aseguran “Cristina tiene la sartén por el mango, y el mango también”.
Igual, todos se ilusionan con la fusión en una sola fórmula bonaerense, aunque no definen que candidato.
Desde el sciolismo fogonean a Aníbal Fernández, a quien dan mayor porcentaje de aceptación electoral, aunque le reconocen una imagen negativa fuerte.
También, mencionan la idea de que Randazzo baje a la provincia, y despeje la interna presidencial. Igual, la orden dada por Scioli a su equipo, es mostrarse con todos los candidatos bonaerenses, y aceptar cualquier actividad con ellos.
Incluso con el Ministro del Interior, si la actividad lo amerita. Algo nada sencillo ni agradable, pero que se obedece sin cuestionar.