Al igual que su padre, Martín Soria se transforma en un jugador clave del kirchnerismo rionegrino. Con la espalda ancha luego de obtener un histórico triunfo en General Roca, sale a mostrar fuerza y apoyo a Miguel Ángel Pichetto para dejar sin posibilidades al gobernador Alberto Weretilneck, que volvió a estallar de ira contra la estrategia que lo aísla.
Por estas horas, Soria se convirtió en un dirigente estratégico por tener llegada en los sectores económicos y mantener una buena relación con la intendenta de Bariloche, María Eugenia Martini, quien recibe seguido al senador nacional para demostrar fuerza en el principal distrito de la provincia.
Es por eso que la compleja convivencia parece mutar hacia un giro sustancial para que el Frente para la Victoria (FpV) se lleve el triunfo, en la demostración de poder más importante que tuvo ese sector el 3 de mayo mientras Juan Manuel Pichetto, en Viedma, no podía superar a José Luis Foulkes que llevaba el apoyo radical, progresista y de Weretilneck.
La paz regresa casi de manera mecánica, aunque los pergaminos cuentan que los antecedentes no son los mejores. A diferencia del resto de las comunas que eligieron conductores a principios del mes, Soria se desligó del titular justicialista utilizando la imagen del Gringo, para que todo quede en familia. Como se expone en la publicidad callejera en las principales arterias de Roca, padre e hijo resaltan sobre cualquier dirigente del FpV y Pichetto brillaba por su ausencia.
En la previa del cierre de listas, tal fue la tensión entre ambos que el jefe comunal coqueteó con Florencio Randazzo y hasta especuló –hasta última hora– con armar una lista paralela que provocó un cimbronazo puertas adentro del partido, aunque la llegada del gobernador bonaerense calmó los ánimos.
Pero en los últimos días todo cambió. “Martín se alineó, es algo que nos tranquiliza bastante”, le dijo a Letra P uno de los referentes que tiene Pichetto en la capital. “Ahora está todo bien”, le admitió, también, uno de los principales armadores territoriales del PJ, que no para de caminar los distritos promovido, además, por el espaldarazo que dio Cristina Fernández de Kirchner en el Alto Valle. “Fue un impulso impresionante”, cuentan desde el entorno del senador.
Con Martini, y la senadora Silvina García Larraburu, Pichetto sabe que tiene asegurado el principal municipio de Río Negro pero las idas y vueltas con Soria hicieron especular a propios y extraños sobre lo que podría suceder. Después de la aplastante victoria, en la que algunas contradicciones se hicieron públicas, el referente de Los Oktubres decidió bajarle el tono a la polémica.
Es así que, para darle un cierre acorde a la campaña, se espera otra señal de Daniel Scioli. Según entienden, el 4 de junio podría ser la fecha elegida del cierre virtual de campaña con uno de los presidenciables en Bariloche, el lugar clave. Pichetto, de paso por el Valle Medio y la zona andina esta semana, terminará de darle forma a las últimas jornadas de campaña en que se juega todo, para forjar un cierre acorde a su trayectoria nacional con un plus diferente que aglutine a cada uno de los sectores.