La pelea por el raiting en el horario central de la televisión era monopolio de las ficciones y los programas de entretenimiento, pero el año electoral introdujo una novedad. Luego de las elecciones generales del 25 de octubre, tanto las mediciones de Ibope como del Sistema Federal de Mediciones de Audiencia (SIFEMA) indicaron que programas como Intratables y Animales Sueltos tuvieron picos de más de 7 puntos, mientras que en la TV por cable los canales de noticias también duplicaron sus mediciones respecto de los meses de septiembre y agosto.
“La gente quiere ver a los candidatos y escuchar las propuestas, sobre todo cuando hay debates”, dice a Letra P Sebastián Pedrón, productor ejecutivo de los programas del periodista Gustavo Sylvestre en radio y TV. “En esta campaña hay mayor interés. Lo noto en un público muy variable que incluye jubilados pero también gente joven. Es algo que me llama la atención”, explica Pablo de Francesco, productor del programa político “Hora Clave”.
Los dos casos más elocuentes del desembarco de una nueva forma de tratar la política en televisión son los programas son “Intratables” y “Animales Sueltos”, los dos del canal América. El programa conducido por Santiago del Moro registra mediciones de audiencia que, según Ibope, promedian los cuatro puntos, pero que alcanzan registros de nueve puntos con determinados invitados y en momentos calientes de campaña.
“No quiero caer en la banalidad de decir que la política está de moda. Quiero pensar que el público maduró”, reflexiona José Luis López, productor de contenidos de GP Media para “Intratables”. “En 2013 tenía el teléfono de tres políticos; hoy tengo una agenda gigante”, reconoce el periodista, que acredita más de 20 años de carrera en el medio. “La iniciativa surgió en un equipo relativamente chico, con Liliana Parodi, José Nuñez y Paula Orman”, recuerda López.
Los programas tradicionales de política, en los cuales un periodista especializado se sienta cara a cara con el entrevistado, siguen manteniendo su lugar en el aire, así como también sus mediciones algo más modestas. De cualquier modo, los números en tiempo de elecciones también le sonríen a la TV por cable: de acuerdo al SIFEMA, los canales de noticias tenían un promedio de 1,81 puntos de rating, mientras que en octubre ese número se duplicó y llegó sobrepasar los tres puntos.
Los responsables de la producción periodística de los programas políticos coinciden en que la popularidad de la política en tiempos electorales tiene doble filo: por un lado hay un interés genuino por parte de las audiencias, pero el peligro de saturación también es una constante. “La gente se cansa. Es necesario buscar un punto de equilibrio”, reconoce De Francesco. Pedrón, por su parte, considera que “es necesario generar propuestas originales para no saturar. Después de todo, la tele y la radio están de la mano del rating y, si uno no hace un producto entretenido, eso se siente”.
La apuesta a un formato “más vertiginoso” –como los describe el productor de “Hora Clave”– donde los funcionarios tienen que confrontar con panelistas de periodistas y personajes mediáticos, puede ser la clave que explique los altos niveles de audiencia. “Los programas políticos necesitaban una vuelta de tuerca”, reflexiona José López. “Hay una propuesta muy conservadora en los canales de noticias. Y no digo esto como crítica”, agrega el productor de “Intratables”.
La popularidad de las redes sociales, que ofrecen la posibilidad de que la audiencia interactúe con los contenidos televisivos en tiempo real, es un factor determinante. Es lo que López llama “la televisión de las redes sociales” y que abre las puertas de la discusión política a un público más joven que, además, puede votar a partir de los 16 años.
“Hoy la gente tiene un amplio menú para elegir”, dice De Francesco, quien, con “Hora Clave”, mantiene una propuesta de programa político tradicional. “Hay públicos distintos”, señala el productor, que además considera que “quien se sienta a ver ‘Intratables’ puede no mirar otros programas”. La lógica también parece funcionar a la inversa.
Con el viento a favor de las mediciones y un cambio de gobierno inminente, es de suponer que funcionarios oficialistas y opositores vayan a seguir desfilando por un tiempo más en por los canales en horario central. La política en televisión goza de buena salud.