El clan Frigerio tiene una larga tradición en la política argentina. En 1956, Rogelio fue secretario de Estado de Arturo Frondizi. En las primarias del pasado 9 de agosto, su hijo Octavio fue candidato a intendente de San Miguel –perdió contra el massista Joaquín De La Torre–, y el Frigerio de la tercera generación, Rogelio II, preside el Banco Ciudad. En una entrevista con Letra P, Octavio se mete en la interna de los economistas PRO: hace fuerza por su hijo, uno de los que podría desembarcar al frente del ministerio de Economía en caso de un triunfo de Mauricio Macri en la segunda vuelta electoral del 22N, y lo despega de sus competidores. “No es un liberal de raíz ucedeísta, como Federico Sturzenegger”, afirma, y dice que “no tiene nada que ver” con Carlos Melconian, a quien le niega representación macrista. A Miguel Ángel Broda y a José Luis Espert también los deja afuera: los identifica como “líberos” que “opinan por su cuenta”. Además, destaca la experiencia de gestión de su hijo en el gobierno de Carlos Menem, como números dos de Roque Fernández en el Banco Central.
–Rogelio Frigerio es candidato a ocupar la cartera económica en caso de que gane Mauricio Macri. ¿Cuál es la matriz ideológica de sus ideas?
–Es un desarrollista. Recogió las ideas que dieron fundamento a la política económica de Arturo Frondizi, elaboradas en gran medida por mi padre, y las actualizó a las necesidades del país de hoy que, más allá de la situación institucional democrática más sólida, sigue siendo subdesarrollado.
–Se suele identificar al PRO con el pensamiento neoliberal ¿No es el caso de su hijo?
–Ciertamente no es un liberal, como lo es –pienso–, Federico Sturzenegger, que es de raíz ucedeísta. No es un populista, como lo son los economistas del kirchnerismo. Es un desarrollista. Es alguien que cree que en la Argentina hay que hacer modificaciones estructurales profundas en el sentido de construir la nación moderna desarrollada e integrada. El papel del Estado en esto es decisivo. No el Estado hipertrofiado y fofo del kirchnerismo, sino eficaz y políticamente activo.
–¿En qué consiste su propuesta?
–Lo que propone es un programa económico que tiene tres objetivos: la integración social, económica y geográfica del país. En el primer aspecto, el objetivo es “pobreza cero”. Se logra con inversión, generación de trabajo, elevación de los salarios y una situación previsional que mejore la situación de las clases pasivas. En cuanto a la integración económica, es necesaria la diversificación productiva. Argentina, en gran parte, se sigue orientando a la producción de commodities y es absolutamente dependiente de insumos externos fundamentales en materia industrial. Respecto a lo geográfico, es necesario un federalismo auténtico basado en dos cosas: un Estado nacional fuerte y la utilización de la herramienta presupuestaria de la coparticipación para desarrollar infraestructura.
–Ha habido cierta controversia en cuanto a las declaraciones de algunos economistas de su espacio, muy diferentes a lo que usted describe ahora.
–Como bien señaló Mauricio Macri, Carlos Melconián no tiene nada que ver con el PRO. Es un líbero que opina por cuenta propia, como Miguel Ángel Broda o José Luis Espert.
–Pero Melconian sí es parte del PRO.
–Me refiero a la posibilidad que tenga de representar al espacio político o ser funcionario del mismo. Con los diálogos económicos que se conocieron hace poco, Rogelio no tiene nada que ver.
–¿Cuál es el diferencial de Rogelio para ocupar un cargo como el de ministro?
–Él viene de una familia dedicada por vocación y profesión a la política, una vocación que heredó y puso en práctica militando desde muy joven en el partido desarrollista, en el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID). Tuvo la oportunidad de hacer una interesante experiencia en el manejo de la cosa pública. Fue funcionario en la última etapa del gobierno de Carlos Menem, y su aptitud lo llevó a ser el segundo de Roque Fernández en la última etapa del gobierno de Menem. El PRO tiene muchos cuadros preparados, pero Rogelio tiene una aptitud, una experiencia personal y una formación teórica que lo hace, en mi opinión, un funcionario factible en muchas de las posiciones que el gobierno tiene que desarrollar.