La salida de Alberto Weretilneck del oficialismo aclaró el panorama en el justicialismo de Río Negro. La mala relación del Gobernador con Martín Soria, poco a poco, debilitó los lazos entre el heredero roquense con Miguel Ángel Pichetto, quien sólo buscaba calmar las aguas de una relación a punto de estallar.
Cuando la presión no se soportó, y el quiebre institucional se trasladó a la Justicia, el hábil Senador tomó las riendas para que la debacle no alcance los cimientos del PJ provincial, que terminó de unir a los referentes kirchneristas, luego la irrupción massista, contra el avance renovador.
Ante la escasez de recursos, con la alianza en trámite, Weretilneck se jugó a fondo por la extensión de un contrato con Petrobras, aunque el resultado demostró la notable influencia del Francis Underwood argentino, quien junto al radicalismo impidió el avance legislativo. Otro punto a favor.
El nuevo desafío, con vistas a las elecciones, es lograr apaciguar las pretensiones de las líneas internas del FPV-PJ, a pesar de que busca “unidad” no cae para nada bien en el resto de los dirigentes con peso e imagen en la provincia.
Según pudo saber Letra P, Soria no tiene pensado bajarse de la pelea provincial y eso abre otro panorama a lo que Pichetto busca, en esa constante tarea de reunir sectores. “Es bueno poner en cabeza de los ciudadanos la elección del candidato a gobernador y de los legisladores porque se mejora la calidad de la democracia”, sostuvo el legislador a través de las redes sociales, en otro mensaje que abre la posibilidad a una interna con el Intendente de General Roca.
Las imágenes de ambos sonrientes, como en el aniversario de Roca, expuso las ambiciones de dos personajes fuertes que pueden darle vida a una dura interna que surgió luego de que el sillón provincial quedara bacante, lo ocupara Weretilneck y el peronismo saliera a disputarlo.
“Las primarias están habilitadas para varios candidatos y no es malo. No hay inconvenientes que aparezcan otras alternativas, como el intendente de Roca u otro compañero. Es legítimo y es bueno resolverlo democráticamente”, propuso en Twitter. Sus palabras, tienen un por qué.
La necesidad de reeditar el modelo 2011, con una opción “frentista y abierta” es la carta ganadora que ostenta para ganar los comicios del año que viene. “Siempre tengo una visión de un partido fuerte, con una construcción más abierta porque hay mucha gente independiente, que no está en los partidos, y hay sectores por conquistar”, insistió.
Como era de esperar, cercano a las bases del PJ, Pichetto ganó los comicios partidarios con un resultado aplastante sobre Weretilneck, que envió a dirigentes cercanos a su gestión a las urnas. El resultado demostró que la influencia es casi nula pirque ni siquiera pudo ganar en Viedma, territorio que transita a diario.
Además de la capital, donde se impuso la lista que llevó como primer congresal al diputado nacional Jorge Cejas, en el Alto Valle Soria; en Bariloche María Eugenia Martini y en San Antonio Oeste, el intendente Javier Iud: todos del justicialismo tradicional, de la línea kirchnerista.
“Las PASO, así, son cualquier cosa”, le afirmaron a este portal desde la Liga de Intendentes Justicialistas. Ahora, el desafío es lograr que todos queden conformes. La pelea parece reeditarse en plena transición de poder.