El jefe de los senadores oficialistas, Miguel Pichetto, buscará un acuerdo político con el intendente de General Roca, Martín Soria, que le permita transformarse como el candidato a gobernador consensuado del peronismo de Río Negro. Con esas armas irá a las urnas contra el actual gobernador, Alberto Weretilneck, quien enfrentado con el Gobierno nacional por la ley de hidrocarburos está cada vez más cerca de dar el salto al massismo.
Pichetto está decidido a pelear por la gobernación otra vez, pero consagrado como el candidato de la unidad del PJ rionegrino. Para conseguirlo, busca seducir al hijo del fallecido ex gobernador Carlos Soria, bien posicionado en las encuestas, para que tanto él como el resto de los intendentes peronistas se reúnan en torno a su postulación.
El gancho, es que promete renunciar a la reelección que la legislación provincial le permite. Es decir, en cuatro años, quedaría el terreno allanado para que el joven Soria retome la dinastía de su familia en el Gobierno provincial.
“Río Negro necesita de un gobernante que asuma un compromiso, que ratificaré públicamente, y es que voy a gobernar Río Negro durante cuatro años en un solo mandato”. Con eso busca ahuyentar fantasmas y especulaciones y, en simultáneo, tentar al PJ provincial con abrir el juego luego de apenas un período de gobierno.
El presidente del bloque del FPV en la Cámara alta está lanzado en una dura disputa política con Weretilneck. La guerra empezó cuando Pichetto y su estructura política se enfrentó al gobernador por la renegociación de yacimientos petroleros con Petrobras, algo que hasta ahora consiguió trabar.
“Yo el contrato con Petrobras no lo conocía, nunca fui consultado, y jamás me mandaron un borrador para verlo”, aseguró Pichetto hace días.“La verdad no debo ser importante para el gobierno, mi opinión no era muy importante en el contrato con Petrobras, porque jamás me consultó, nunca me pidió un consejo, una reflexión”, agregó.
Desde el pichettismo aseguran que Weretilneck intentaba sancionar rápido el contrato porque traía aparejado ingresos frescos e inmediatos para las arcas provincias. Fondos que, entienden, el gobernador quería “para financiar la campaña electoral”. Y que las condiciones de esa renegociación no eran las mejores, además de subrayar algunos incumplimientos y denuncias que pesan sobre la petrolera brasileña.
Claro que esto, en simultáneo, está cruzado por el debate de la nueva Ley de Hidrocarburos. Pichetto defiende abiertamente la sanción de un nuevo marco regulatorio, la misma que resiste Weretilneck junto a otros tres gobernadores rebeldes: Martín Buzzi (Chubut), Jorge Sapag (Neuquén) y Francisco “Paco” Pérez (Mendoza). Cuatro mandatarios que la semana pasada se quedaron afuera del plan de renegociación de deuda con el Estado nacional que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó con otras 13 provincias.
Por el Vice
El enfrentamiento entre Weretilneck y Pichetto llegó a la Legislatura provincial. El gobernador propuso ayer como candidato a vicepresidente a Pedro Pesatti, uno de los pocos hombres del PJ que en la interna peronista decidió alinearse con Weretilneck. Y su elección no es casual: Pesatti es el principal opositor al pichettismo en las elecciones partidarias que habrá en Río Negro.
El PJ renovará autoridades en todas las ciudades de Río Negro. Pesatti será candidato a presidente del PJ de Viedma, el más fuerte de la provincia, donde el pichettismo armó una lista de unidad con el sorismo. De hecho, el propio Soria opinó que la decisión de Weretilneck de impulsar a Pesatti como vicegobernador para remover de la Presidencia de la Legislatura al pichettista Ariel Rivero “Es una venganza del Gobernador por la negativa del contrato con Petrobras”.
“Un Vicegobernador que fuera opositor al propio Gobernador pondría en crisis lo que la propia Constitución establece”, explicó ayer el gobernador vía Twitter, sobre su decisión de remover a Rivero. Así, Weretilneck quiere a alguien propio y no a un pichettista en el cargo de vice (y presidente de la Legislatura), luego del fallecimiento del ex vice Carlos Peralta.
Incluso, el Gobierno de Río Negro habría contactado a legisladores del radicalismo para conseguir su apoyo para reemplazar a Rivero.
Ambulancia Massista
Sergio Massa, siempre atento a las tensiones de dirigentes de todo el país con el kirchnerismo para intentar sumarlos al Frente Renovador (FR), ya mantuvo contactos con Weretilneck. Según constaron varios medios, ambos dirigentes se cruzaron en una fiesta en mayo pasado. Y en Río Negro muchas voces sostienen que la foto con el ex jefe de Gabinete y el salto del gobernador al massismo podría concretarse el mes próximo.
A Massa el caso Weretilneck le cierra perfecto. Como le ocurre con Mario Das Neves en Chubut, tendría dos candidatos a gobernador ya instalados y sin ligaduras con el PJ, con lo que eludiría ir a las PASO contra las huestes kirchneristas: Das Neves ya se fue del partido en su provincia y Weretilneck viene del Frente Grande.
Este acercamiento le costó a Weretilneck una carta pública firmada por la Liga de Intendentes del Partido Justicialista de Río Negro, donde le señalaban que “es usted quien se apartó de los proyectos, los objetivos y el camino pretendido por el Justicialismo” y le exigían que “deje de intentar engañar a los rionegrinos despilfarrando recursos públicos”.