Granados hablaba por teléfono a cada rato, algún intendente llamaba y preguntaba cómo venía la sesión. Caminaba por el hall central y los pasillos del palacio rodeado de colaboradores, que lo seguían de cerca. Una vez cerrada la jugada de Juan José Mussi y garantizando que el ex intendente de Berazategui se sentaría a votar, Granados indicó a la jefa de ceremonial del Ministerio que consiga algo para comer. La noche del miércoles ya marcaba su rumbo.
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