Luego de la trágica inundación del 2 de abril, uno de los temas –entre tantos– por los que se lo criticó al intendente de La Plata, Pablo Bruera, fue que las calles de la ciudad no estaban limpias y, por eso, los desagües pluviales se colapsaron.
Luego de la trágica inundación del 2 de abril, uno de los temas –entre tantos– por los que se lo criticó al intendente de La Plata, Pablo Bruera, fue que las calles de la ciudad no estaban limpias y, por eso, los desagües pluviales se colapsaron.
Por ese viejo reclamo, y con el objetivo de aumentar su operativo subsistencia, en la publicación oficial del Municipio se puede observar una imagen con los trabajadores al estilo de un pelotón, pero ecológico.
“Para reforzar el barrido en el período otoñal, cuando nuestras calles y veredas se cubren de hojas, la Municipalidad uso en marcha un operativo que abarca 18 centros comunales y el Casco Urbano”. Así comienza el mensaje emitido para explicar las características de un sistema que promete ser innovador.
Esa estrategia, que le supo funcionar en 2011 al dirigente de la Octava, vuelve a ser la norma de un gobierno denostado por diferentes actores sociales que padecieron hace más de un año las consecuencias del agua. “Más de 1600 trabajadores en las localidades y 500 en el Casco Urbano llevan adelante esta tarea que incluye recorridos durante las 24 horas de los 7 días de la semana”, agrega el mensaje.
Los “elogiados” operativos nocturnos, que según la comuna “funcionan todo el año y se intensifican en esta época”, se efectúan de 23 a 5 de la mañana para “aprovechar las horas con menor cantidad de vehículos estacionados”.
La imagen es todo, como la intención que tiene Bruera de subsistir un día después de mostrarse con dirigentes sciolistas.