“Una de mis hijas me llamó y me retó por el tema de los piropos. Hice un comentario desde la galantería. Pido perdón a quienes ofendí”. Ese fue el inicio de una particular forma de justificación expuesta por Mauricio Macri, quien quedó en off side por un exabrupto al opinar sobre lo que algunas mujeres tienen que escuchar en las calles.
Ayer, en declaraciones a FM Masters de Ushuaia, el ex dirigente xeneize y actual jefe de gobierno porteño, había metido la pata cuando opinó sobre lo que estaban discutiendo los conductores del medio patagónico, quienes estaban debatiendo sobre los piropos que esuchan en las calles, algo que es repudiado en una novedosa campaña publicitaria.
“A todas las mujeres les gustan que les digan un piropo. Aquellas que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada”, insistía Macri en la radio del extremo sur argentino, algo que le generó un fuerte dolor de cabeza por las repercusiones y repudios de varios representantes. Pero el que más le dolió, según publicó en su cuenta personal, fue lo que una de sus hijas le dijo.
“Estoy en contra de cualquier situación que incomode a una mujer en la calle. Yo no digo ese tipo de piropos”, admitió, en una notable contradicción porque en la misma entrevista sugirió que en estos tiempos no hacía eso porque su mujer “lo mataba”.