La urgencia por la normalización obedece a que los mandatos están vencidos desde hace dos años y quieren prevenir una sanción judicial, como la intervención, algo que más de una vez usó como amenza la jueza María Romilda Servini de Cubría.
El plan original es evitar la realización de comicios -con la excusa de eludir una movilización de militancia y recursos- y convocar a un Congreso para habilitar el reparto consensuado de cargos.
El 3 de abril, el consejo que todavía preside Daniel Scioli, convocará al congreso para el 9 de mayo que en su orden del día incluirá una cláusula para que la elección de las autoridades del partido se haga con el voto de los congresales. El nominado para encabezar la estructura es el jujeño Eduardo Fellner.
A los mandatarios se sumó, ante la mirada de sorpresa de casi todos, un enviado presidencial: el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, un funcionario resistido por el peronismo ortodoxo.
A quien más atragantó el asado a presencia de Zannini fue a Juan Manuel de la Sota, único díscolo que dijo presente en el quincho del Comando de Remonta y Veterinaria, en Las Cañitas. Los otros 2 gobernadores críticos invitados, Sergio Poggi y Daniel Peralta faltaron.
El puntano porque Rodríguez Saa le tabicó la comunicación con La Rosada. Contrariado, envió una carta quejándose de la deuda nacional y reclamando elecciones internas en el partido. Puro despecho.
El santacruceño, luego de la pax romana a la que arribó con Cristina, faltó porque recibió en Río Gallegos al ministro de Planificación, Julio De Vido, para firmar un convenio y mandó su adhesión vía carta., pero con un tono cordial.
La foto previa al asado de rigor, incluyó a Daniel Scioli, De la Sota, José Luis Gioja, Fellner, Jorge Capitanich, Francisco “Paco” Pérez (Mendoza), Lucía Corpacci (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), José Alperovich (Tucumán), Oscar Jorge (La Pampa), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Luis Beder Herrera (La Rioja).