El ex supersecretario ya daba por descontado que el juez Bonadio lo enviaría a juicio. No le otorga demasiada importancia y pasa sus días entre intentos para reunirse con el Papa y cenas con un empresario de primer nivel que lo visita, cada vez con más frecuencia, en la Ciudad eterna.
La noticia de que el juez federal Claudio Bonadio lo quiere enviar a juicio oral no altera a Guillermo Moreno en su exilio romano. En caso de que esa intención termine por concretarse, el ex secretario de Comercio solo debería presentarse para el primer día de juicio y en otras ocasiones específicas. Tendrá tiempo para continuar dedicándose a sus aficiones en la capital italiana, como por ejemplo, compartir cenas y almuerzos con el empresario Eduardo Eurnekian y a pensar como hacer para lograr un encuentro con Jorge Bergoglio.
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Moreno nunca albergó esperanza alguna en el juzgado de Bonadio. No es un tema político, sino que el juez mantiene una vieja inquina personal con su abogado Alejandro Rua. Este le comunicó la enemistad a Moreno pero el funcionario aún así eligió bancarlo. Esa pelea explica también que la elevación a juicio haya tenido tiempos récord.
No es novedad que Moreno no la pasa bien en Italia. No tiene conversación con su jefe el embajador Torcuato di Tella (este puso el grito en el cielo cuando supo de la designación del funcionario e intentó redireccionarla a España), todavía no domina el idioma y su único divertimento es visitar la pizzería que el gremialista Omar Viviani tiene en Roma.
Estas cosas le cuenta, en sus encuentros periódicos a Eurnekian. El dueño de Aeropuertos Argentina 2000 no frecuenta pizzerías sino los restaurantes más selectos como es Antica Pesa ubicado en Via Garibaldi en la exclusiva zona de Trastevere. Solo se reúnen ellos dos. Eurnekian pretende el apoyo de Moreno para algunas iniciativas comerciales que tiene en Italia.
La relación entre Moreno y Eurnekian se afianzó a principios de 2013 cuando el ex Secretario de Comercio interior autorizó la importación de maquinaria de Alemania y EE.UU. por más de u$s 70 millones que el empresario compró para su firma Unitec Blue al inaugurar la primera planta de producción de chips en Argentina que instaló en Chascomus.
También los une el hecho de que repudian el ascenso de La Cámpora en distintos estamentos del Gobierno. El empresario debió separar de sus negocios a su ex hombre de confianza, Ernesto Gutiérrez, porque este nunca logró entenderse con el presidente de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde y llegaron a cruzarse a los gritos.
Eurnekian no se agitó demasiado por una llamada que le hizo Julio De Vido en la cual le prometió que el proyecto del túnel binacional Argentina-Chile se reactivará con la presidencia de Michelle Bachelet y que el concesionario de unos de los dos túneles que perforarán la cordillera andina será Corporación América.
En esas cenas Moreno le ha contado a Eurnekian que está solicitando un encuentro con el Papa sin éxito. Incluso hubo un contacto que corrió por cuenta de la esposa de Moreno, que conoce a Francisco de cuando era Bergoglio y que no llegó a buen puerto. Ese enlace es extraño porque, en el ministerio de Economía, siempre se supo que la esposa de Moreno tiene cierta debilidad por la santería y sus propiedades.