La exposición de Capitanich en la Cámara alta -la primera desde que asumió el cargo- arrancó el miércoles después de las 14 y se extendió durante más de 11 horas, en las que el funcionario se mantuvo de pie en el estrado y sin ir al baño.
“Es bueno que discutamos entre políticos, no queremos que nos manden a decir los grupos económicos, a través de los periodistas, lo que hay que hacer”, sostuvo Capitanich al explicar el cambio de metodología que solicitó (en lugar de escuchar todas las peguntas y luego responder, optó por un mecanismo de pregunta-respuesta).
El Jefe de Gabinete sostuvo que el Gobierno tiene, en materia judicial, “una serie de iniciativas, muchas de las cuales están en condiciones de debatirse en este Congreso de aquí a 2015″, tal como anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la apertura de sesiones.
“Tienen que ver con reformas como la del Código Civil y Comercial y lo que significará el tratamiento del Código Contencioso Administrativo, la Ley orgánica del Sistema Penitenciario Federal y el anteproyecto en análisis del Poder Ejecutivo para el Código Penal”, agregó.
De esta manera, ratificó que el Gobierno enviará la reforma del Código Penal, a pesar de la polémica que generó en la oposición el contenido del anteproyecto elevado al Ejecutivo por una comisión especial, encabezada por el juez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, e integrada por representantes de las principales fuerzas no oficialistas.
No obstante, señaló que el debate “la inseguridad no se resuelve sólo con las fuerzas de seguridad o la reforma del Código Penal” y sostuvo que la discusión sobre este tema “no debe ser solamente un debate de policías más o policías menos”.
También se refirió al conflicto con los gremios docentes, al señalar que hubo un “mejoramiento en infraestructura, asignación de libros, tecnología y recursos” pero persisten “los problemas derivados de la conflictividad salarial que anualmente se repiten”.
En esta línea, sostuvo que “cualquier reclamo o protesta” de los gremios docentes “no sea a costa de los alumnos”, aunque afirmó que esto “no quiere decir que nadie abandone sus banderas ni sus reclamos”.
Desorden en la sala
La modalidad pregunta-respuesta tuvo un par de cruces y chicanas, como ocurrió con la senadora radical Laura Montero, quien cuestionó las perspectivas económicas planteadas por Capitanich.
“Usted tuvo una etapa dentro del oficialismo, de 2007 a 2009, después del voto no positivo pasó a la oposición”, disparó cuando comenzó a responderle y, luego de que Montero intentara interrumpirlo en reiteradas ocasiones, remató: “Usted es la perfecta representante del neoliberalismo que ha destruido la Argentina”.
Los gritos y cruces fueron aplacados por el presidente del Senado, Amado Boudou, el jefe del bloque oficialista, Miguel Ángel Pichetto, y su par de la bancada radical, Gerardo Morales, quien pidió “bajar los decibeles”.
También hubo chicanas con el senador radical Ernesto Sanz, quien preguntó si “la devaluación fue por decisión política o por presiones” y Capitanich respondió que hubo “una operación de Shell a través del HSBC”.
“¿Fue una decisión política, sí o no?”, repreguntó Sanz pero el jefe de Gabinete no respondió, por lo que el senador concluyó: “Con todo ese titubeo me doy por satisfecho. Devaluaron. Listo”.
Ante otra pregunta del radicalismo sobre si la Argentina es un país de consumo o de producción de drogas, Capitanich ratificó que “en el país no se produce desde el punto de vista industrial ni marihuana ni cocaína”.
Además, subrayó que en materia de lucha contra el narcotráfico, el Gobierno hizo “un incremento de equipamiento, vehículos, tecnología, radares y se ha incrementado el nivel de incautación” de estupefacientes.
“Nadie puede reprochar a este Gobierno el esfuerzo que se hizo en radarización e incorporación de recursos humanos”, completó.
Durante su cierre, y luego de un nuevo cruce entre el radicalismo y el jefe de Gabinete, Pichetto criticó algunos discursos de los senadores de opositores, a quienes calificó como “los profetas del fracaso”.