“El grupo de juego privado Codere se aproxima cada vez más al concurso de acreedores, después de que el jueves fracasase en un nuevo intento de acuerdo con sus bonistas” informan fríamente la agencia Reuters y Bloomberg.
Para la Provincia, Codere es una empresa fundamental por el tamaño de sus aportes impositivos a las arcas provinciales. En el primer trimestre de 2013, Codere tuvo ingresos en las salas de juego de la provincia por 147 millones de euros y pagó el equivalente a 64 millones de euros en impuestos.
La difícil situación de Codere se agravó por la falta de liquidez de su filial argentina , de donde en los 3 primeros trimestres de 2013 provino el 40% de sus ingresos globales. El impedimento para repatriar capitales de su principal mercado es uno de los grandes lastres para una compañía agobiada por las deudas.
En ese orden, a finales de mayo del año pasado, el grupo español logró evitar el default gracias al aporte del gobierno de la Provincia y del Banco Macro. Según informó la propia firma, “acordó con la administración bonaerense la extensión de las licencias de 5 de los 14 bingos que opera en la provincia de Buenos Aires y presentó un plan de reestructuración de su deuda bancaria en la Argentina”, según publicó por entonces La Nación.
Hace tiempo se especula con que Codere puede salir de la Argentina, aunque en 2013 negoció con el gobierno de Daniel Scioli la extensión de las licencias de sus salas en Lomas de Zamora, Lanús, La Plata, San Martín y Mar del Plata, en algunos casos hasta 2031.
En territorio bonaerense, Codere maneja 14 bingos que cuentan con 6304 puestos de máquinas tragamonedas.
La situación de la casa matriz
La multinacional de juego, con deudas declaradas a septiembre de 1.270 millones de euros y sin liquidez para hacer frente al pago de intereses de sus bonos, había conseguido a principios de enero una extensión hasta el seis de febrero de un crédito de 127 millones de euros, con posibilidad de extenderlo hasta mediados de abril solo si la compañía lograba el acuerdo de al menos la mitad de sus bonistas para aplicar un plan de reestructuración.
El miércoles un grupo de inversores que representan al 75 por ciento de los bonistas de Codere envió a la empresa una oferta de reestructuración que contemplaba una inyección de capital mediante una ampliación de capital que llevaría a los bonistas a tomar el control de la sociedad con un 82,5 por ciento del capital.
A cambio, los bonistas concederían una quita en sus bonos suscribiendo renta fija de nueva emisión.