Lo hizo mediante un dictamen que presentó ante el juez Ariel Lijo y con el cual acompañó el pedido que hizo la semana pasada con el pedido de indagatoria de Boudou y que también comprende a Nicolás Ciccone, ex dueño de la empresa.
Ciccone fue testigo en la causa y su declaración comprometió al Vicepresidente después de asegurar que éste participó de algunas reuniones en las que se gestionaba la venta de la gráfica a manos de la firma The Old Fund, del abogado Alejandro Vandenbroele.
Tras declarar como testigo, el juez Lijo lo tuvo como querellante a Nicolás Ciccone lo que le permite proponer medidas de prueba para impulsar la causa.
Pero la defensa planteó un recurso de excepción de falta de acción para que el juez deje sin efecto el rol de querellante que le otorgó a Ciccone, ya que recordó que éste había sido tomado como imputado en la causa y luego re convertido en testigo.
Lijo le corrió vista a Di Lello quien pidió hacer lugar al pedido de la defensa y apartar a Nicolás Ciccone como querellante, y recordó que él al pedir la indagatoria de Boudou la semana pasada también lo hizo respecto del ex dueño de la firma.
La situación de Ciccone, su ex yerno Guillermo Reinwick, y del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, es el punto de controversia entre el fiscal y el juez. El primero pidió que a todos ellos se los cite como imputados, pero el magistrado ya los consideró testigos tiempo atrás y les tomó declaración como tales.
La semana pasada tras el pedido de indagatoria hecho por el fiscal, Boudou se presentó en Tribunales y acompañó dos escritos, uno de los cuales rechazó haber intervenido en la venta de la ex Ciccone Calcográfica, así como desconocer a su comprador el abogado Vandenbroele.
Laura Muñoz, ex de Vandenbroele, aseguró que éste era el “testaferro” de Boudou pero el Vicepresidente negó el vínculo.