El paro complicó a miles de personas entre las 4 y las 7 de la mañana del 27 de noviembre y para el titular de Interior y Transporte se trató de una franja horaria en la que “sale a trabajar la gente que más lo necesita”.
“No nos parece el mejor camino: es un paro contra los trabajadores porque, a esa hora, sale a trabajar la gente que más lo necesita, que viene desde el Gran Buenos Aires a la Capital Federal”, cuestionó Randazzo en diálogo con radio Continental.
El funcionario remarcó que desde el Gobierno no creen que sea el camino “y, sobre todo, discutiendo el tema que está vinculado a los salarios de mayor poder adquisitivo”.
Los gremios del transporte transporte automotor, ferroviario, fluvial y aéreo pararon durante tres horas los servicios en todo el país. Lo hicieron en señal de protesta contra la negativa del Gobierno a eximir el aguinaldo del impuesto a las Ganancias. Entre las 4 y las 7, llevaron adelante asambleas de debate en todo el país.
La protesta fue anunciada por los líderes sindicales del sector en la sede de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), donde ratificaron el pedido de un bono de fin de año o quedar exentos del pago de ganancias en diciembre.
Además, aclararon que si eran convocados por la administración de Cristina Fernández de Kirchner y recibían una respuesta favorable a sus reclamos, levantarían la medida de fuerza.
Del paro participaron los ferroviarios afiliados al gremio “La Fraternidad”, los representados por la intersindical federal de los gremios marítimos, portuarios y navales (Fempinra), los aeronáuticos; recibidores de granos y camioneros liderados por Hugo Moyano.