Fundado en 1889, el Histórico Nacional ya tiene cuatro nuevas salas repartidas entre el período colonial de los siglos XVII y XVIII, los tiempos revolucionarios de 1806 a 1820, las Asambleas Constituyentes y la sociedad de 1810.
Es que a principios de 2013 el Histórico Nacional sólo tenía tres salas, el 75 por ciento de la superficie funcionaba como depósito y gran parte de las colecciones no estaban a la vista del público. La recuperación impulsada en el último año puso en valor al edificio y su patrimonio que durante años estuvo fuera de la vista y archivado. Además, se repensó el relato historiográfico del museo.
Ubicado en la calle Defensa al 1600, es concebido como el “Panteón de la Patria” donde se guardaban y veneraban las reliquias de los próceres independentistas y creado en 1880 en una época marcada por la búsqueda de la unidad identitaria y la constitución de la Nación.
Pueblos originarios, tiempos federales, la época pos derrocamiento de Juan Manuel de Rosas y las presidencias históricas seguirán el curso de relato historiográfico en el Museo Histórico Nacional.
La sala de Pianos, con instrumentos musicales de la familia Escalada, María Sánchez de Thompson y de Eduarda Mansilla; la “San Martín de puño y letra”, junto con el San Martín Interactivo -un daguerrotipo del prócer que dialoga con el público visitante-, el Patio de Cañones, el Espacio conmemorativo de efemérides en el hall de entrada, la sala de Tesoros y los cuatros espacios recién inaugurados, forman parte del museo.
También se podrán ver el sable del General San Martín, la bandera de Macha que acompañó a Belgrano al Alto Perú en 1812 en la lucha contra los Realistas, la cigarrera de Mariano Moreno, la espada del virrey Cisneros, el reloj de pie a péndulo de Bernardino Rivadavia y otros tantos objetos, partituras, vajillas tradicionales del siglo XIX, armas, paraguas del Cabildo, prendas gauchas, tarjetas postales, pinturas y esculturas.