En diálogo con el periodista Víctor Hugo Morales, por radio Continental, aseguró que, a pesar del incidente, “la lucha va a seguir” contra “las políticas impuestas desde el gobierno de los Estados Unidos y sus políticos económicas que nos llevan al hambre y la miseria” porque son “políticas de saqueo”.
Evo admitió que “no podía entender que Francia, España, Portugal, Italia, actúen como fieles obedientes a los dictados de los Estados Unidos”, países “que antes eran defensores de la democracia y los derechos humanos ahora son los primeros sometidos”.
El mandatario boliviano consideró que con hechos como el que le tocó padecer “quieren dañar la imagen del continente, quieren intimidarnos”, y tras preguntarse “¿cuál es mi pecado, cuál es mi delito?” sostuvo que “no es delito ser indio, ser anti imperialista o combatir las políticas que nos traen desigualdades a América latina y el Caribe”.
Por otro lado, el Gobierno boliviano instó a la ONU a “impedir que se siente un nefasto precedente que podría afectar a otros dignatarios y poner en riesgo la convivencia pacífica entre los estados”.
Francia, España, Italia y Portugal cancelaron ayer los permisos de vuelo del avión de Morales, tras la sospecha de que transportaba al ex agente Snowden, perseguido por Washington por revelar una red de ciberespionaje perpetrada por Estados Unidos.
La prohibición, obligó a Morales permanecer varado más de trece horas en Austria, lo que provocó el rechazo de gobiernos y organizaciones sociales de América Latina.
El Jefe de Estado boliviano denunció que las autoridades españolas intentaron registrar su avión -a pesar de que cuenta con inmunidad internacional-, algo que el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, negó rotundamente.
La Unasur se reunirá para adoptar una postura común sobre este asunto, que han interpretado como una ofensa regional.