Nuevamente una elección general, definirá una interna peronista con vistas al 2015, el resto de los partidos solo complementan, al menos este es el panorama hoy.
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Nuevamente una elección general, definirá una interna peronista con vistas al 2015, el resto de los partidos solo complementan, al menos este es el panorama hoy.
Scioli ya eligió quien lo representa para dar su mensaje al gobierno y a la sociedad sobre su futuro proyecto presidencial, Francisco de Narváez es el elegido, con él piensa aglutinar al peronismo no K y a los independientes descontentos fuertemente con Cristina y su gobierno. Él le asegurará tener su propio bloque de legisladores para los dos años que vienen. Difícilmente esta “movida” tenga alguna sorpresa, ya que aún, jugando el propio Massa, Scioli no se va a mover de esta estrategia.
Cristina ha definido claramente a su adversario: Scioli. Su mejor escenario sería que Massa se presente y aunque este obtuviera la victoria electoral sobre su propio candidato, al menos debilitará severamente los planes presidenciales de Scioli, que sin duda es su principal objetivo.
Paradójicamente, su mejor candidato no es del riñón, pero sin duda, de lo que tiene a mano, el único candidato con el cual puede aspirar a retener algo de voto independiente en la Provincia de Buenos Aires y volverse una opción competitiva, es Florencio Randazzo, claramente el único hombre de su gris gabinete que ha demostrado tener cualidades de gestión en políticas públicas.
Finalmente Sergio Massa a quien la mayoría de las encuestas en provincia lo dan con los mejores números previos, ha venido jugando con una estrategia de tiempos, que le ha permitido estar permanentemente en el escenario sin definir nada y ser el gran protagonista, pero como toda estrategia el remate es esencial y si elige cualquier otra opción que no sea presentarse para ocupar “el famoso carril del medio” que permite recolectar de todos lados, electoralmente hablando, el desencanto podría hacerlo desvanecerse entre la dirigencia y la opinión pública, que se entusiasmó con la posibilidad de tener un candidato a Presidente para el 2015 y difícilmente podría ya competir con Scioli, que como en el caso de la Presidente, es el rival a vencer hoy.
Quizás el dato inédito para esta elección sea que si finalmente tenemos en la grilla de la competencia a Massa, Randazzo y de Narváez, la forma en que cada uno plantee su campaña electoral y lo que logre comunicar plasmando la imagen mayoritariamente deseada por el elector de la provincia, podría terminar siendo decisivo para el futuro resultado electoral.
Entre ellos casi con seguridad se repartirán alrededor de más del 70 % de los votos en la provincia de Buenos Aires y definirán la futura grilla presidencial del peronismo para el 2015.
(*) Director del Centro de Estudios CUATRO EJES (para la investigación aplicada en políticas públicas)