Según la presentación de Axat, las muertes se produjeron “con una modalidad muy parecida en la misma zona” y “los menores murieron como consecuencia de disparos efectuados por la Bonaerense en circunstancias que todavía no se han clarificado”.
Las muertes corresponden a los menores Maximiliano De León, Franco Quintana, Rubén Omar Cigarán, Rodrigo Simonetti, Axel Lucero y Vladimir Matías Garay, que presentan “patrones de violencia institucional gravísimos”, comunes en todas las víctimas según el Defensor, quienes poseían antecedentes en la Justicia Penal Juvenil.
“En todos los casos fallaron los mecanismos de contención de las áreas de Niñez y Adolescencia bonaerense y todos tenían pasos por el circuito de ingresos a seccionales policiales, estancia en ellas y traslados a servicios de protección”, explicó Axat.
Además, los menores muertos en La Plata “pertenecían a zonas periféricas de la Ciudad y tenían sus derechos básicos vulnerados”.
La mayoría son homicidios “ocurridos en un período breve de tiempo en confusas situaciones con participación de efectivos policiales de civil” y la mayoría de las víctimas “había denunciado hostigamiento y persecución policial”.