La mayoría sufrió heridas al romperse los cristales de su casa por el impacto, según informó el Ministerio del Interior ruso, en la región situada a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú.
El meteorito cayó a unos 80 kilómetros de la ciudad Satkí, cabecera del distrito del mismo nombre. “En muchas de las casas de Satkí, así como en algunos edificios de Cheliábinsk (capital de la región homónima), saltaron los cristales de la ventanas”, dijo un vocero del Ministerio.
Además, agregó que en la escuela 130 de Cheliábinsk “hay heridos, por lo visto, a causa de la rotura de los cristales”.
“No ha sido una lluvia de meteoritos, sino un meteorito que se desintegró en la capas bajas de la atmósfera”, confirmaron.
La caída del meteorito, sin embargo, no influyó en los niveles de radiación y se mantienen dentro de los parámetros habituales para la región.