Gran Bretaña sufrió una gran tormenta que causó la muerte de al menos cuatro personas. El primer ministro británico, David Cameron, describió estas muertes como “sumamente lamentables”.
Las inclemencias dejaron también un muerto en Francia, tres en Alemania, uno en Dinamarca y dos en Holanda.
La tormenta, llamada Christian en Francia y bautizada como San Judas en los medios británicos, en honor al patrón de las causas perdidas que se celebró el lunes, abandonó el Reino Unido a última hora de la mañana para dirigirse a los otros países.
Unos 460.000 hogares quedaron sin electricidad en Gran Bretaña, y 75.000 en Francia. La actividad de la central nuclear británica de Dungeness B Power (sur) se detuvo durante varias horas por precaución.
El palacio de Buckingham, en Londres, también perdió algunas tejas, y dos ventanas quedaron dañadas. La reina no se encontraba en el edificio cuando llegó la tormenta.
La mayoría de los trenes que iban a la capital desde el sur y el oeste de Inglaterra fueron anulados el lunes. Unos 130 vuelos, es decir, el 10% del tráfico diario, fueron anulados en el aeropuerto de Heathrow.
El organismo de previsión meteorológica Met Office, registró vientos de 160 km/h, y multiplicó las alertas para el fin de semana. Las autoridades querían evitar que se repitiera lo sucedido en 1987, cuando minimizaron el impacto de lo que fue la peor tormenta desde 1703, que dejó 18 muertos.
En Francia, los vientos alcanzaron hasta 147 km/h en el norte, según Météo France, el Servicio Nacional Meteorológico. Los transportes marítimos, por carretera y ferroviarios sufrieron perturbaciones.
El tráfico de transbordadores entre Francia y Gran Bretaña estuvo interrumpido varias horas, y dos barcos de la compañía P&O, que transportaban a más de 400 personas, estuvieron bloqueados varias horas frente a las costas inglesas, tras el cierre del puerto de Dover.
En Alemania, la circulación de trenes regionales en el land de Schleswig-Holstein, fronterizo con Dinamarca, fue interrumpida el lunes por la tarde, y el tráfico ferroviario se vio también perturbado en Mecklembourg-Poméranie, lindante con Polonia y el mar Báltico.
También se señalaron perturbaciones en Hamburgo, segunda ciudad alemana, así como en las conexiones ferroviarias entre esta ciudad y Berlín, y entre Hannover y Berlín.