Miles de jóvenes recorrieron desde la tradicional Plaza Italia hasta la estación cultural Mapocho, a unas diez manzanas del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, sin que registraran incidentes. Al final de la marcha, un grupo de encapuchados se enfrentó con la policía y causó graves desórdenes.
Los manifestantes encendieron barricadas y provocaron diversos daños a la propiedad pública. En varias oportunidades, la policía se vio sobrepasada por los manifestantes y debieron replegarse para evitar el ataque de los encapuchados, que, provistos de palos y otros elementos peligrosos, atacaron a los uniformados.
Carabineros (policía militarizada) cifró en 18.000 el número de asistentes, mientras que los organizadores calcularon que fueron 50.000 los manifestantes.
Los estudiantes de enseñanza secundaria y universitaria mantienen su reclamo de una educación pública y gratuita que termine con el sistema neoliberal que instauró el dictador Augusto Pinochet.
Ante la cercanía de las elecciones presidenciales, los líderes del movimiento estudiantil piden también a los candidatos una mayor claridad en sus proyectos y promesas en el área educativa.