El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró estado de alerta federal y evacuaciones masivas en Mississippi, le pidió a la gente que no desestimen las advertencias y aseguró que ya están preparados equipos especiales para enfrentar las consecuencias.
Al huracán de categoría 1 lo acompañan fuertes lluvias que amenazan con inundar las costas de Florida, Mississippi, Alabama y Louisiana, donde los residentes confían en que las barreras, fortificadas siete años después de Katrina, los protegerán.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, con sede en Miami, ya había pronosticado que el centro de Isaac tocaría tierra en el sureste de Louisiana, en la zona de Nueva Orleans.
En Nueva Orleans, se abrieron refugios para quienes prefirieran quedarse o no tuvieron oportunidad de escapar al norte. Con la excepción de algunas áreas bajas, las autoridades no han ordenado evacuaciones masivas.
Los meteorólogos advirtieron que Isaac es tan grande que sus efectos podrían llegar a 320 kilómetros de su centro. El agua que lo acompaña puede ser peor que el viento, ya que se esperan inundaciones a su paso.