

En todos los casos fiscalizados, los agentes notificaron las infracciones a los propietarios de los establecimientos y los intimaron a los comercios para que regularicen su situación de manera inmediata. Los restaurantes Catedral de la localidad de Luján y John Bull de Acassuso, declararon como venta mensual el equivalente a lo que ingresa en un solo turno diario de trabajo.
El director ejecutivo de Arba, Martín Di Bella, sostuvo que “profundizamos la fiscalización en el sector porque en la operatoria comercial de buena parte de los negocios prevalece la informalidad, con escasa bancarización y maniobras para subdeclarar ventas”.
En ese sentido, afirmó que “es un despropósito que más del 90% de los dueños de los restaurantes no acepte que la gente pueda pagar con tarjetas”.
La Agencia avanzará con los controles en el sector y profundizará la fiscalización, para que los contribuyentes ajusten sus declaraciones referidas al Impuesto sobre los Ingresos Brutos y paguen lo que corresponda.
En la Provincia existen 30.040 restaurantes inscriptos en la actividad “servicios de expendio de comidas y bebidas”, entre los cuales hay un alto nivel de informalidad. A partir del cruce de los datos de las declaraciones juradas del Impuesto sobre los ingresos Brutos, de IVA o Monotributo, o de información reportada por los distintos agentes de retención, percepción o información, Arba comprobó que sólo el 7% de los establecimientos opera con tarjetas de crédito y débito, y que el 14% no está inscripto ante el fisco provincial.
En tanto, más de la mitad de los contribuyentes no presentó la última Declaración Jurada anual correspondiente al periodo 2011, o bien no registró pagos o declaró no tener ingresos durante el año pasado.
“A partir del cruce de datos y los controles realizados por nuestros inspectores detectamos un alto nivel de evasión en los locales gastronómicos. Queremos que estos empresarios regularicen su situación fiscal con la Provincia y ejerzan su actividad en el marco de la ley”, afirmó Di Bella.
En el operativo que se llevó a cabo en más de un centenar de restaurantes por toda la Provincia, se controló durante toda una noche el volumen de las ventas. Además, se realizó un relevamiento de la capacidad instalada a partir de la información de cantidades de cubiertos disponibles, precios promedio por cubierto, niveles de ocupación verificados, días y turnos de actividad, cantidades de empleados, montos de alquileres, aspectos todos tenidos en cuenta para luego estimar el nivel de ventas acorde a la realidad de cada comercio.