El proyecto ya había alcanzado la media sanción en el Senado y todo se encaminaba a un igual resultado en Diputados. Sobre el mediodía, el Presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcatti, arengaba parado cual barra a su gente. Dentro del recinto los “empleados administrativos del senado” como los definió Cristina Fioramonti luego de los incidentes en declaraciones a la prensa evitaban que los hombre de campo lleguen a la sesión.
Empujones desde un lado, gritos desde el otro y las tapas de los diarios que hablaron por si solas. Incidentes en la Legislatura.
Los militantes k tiran golpes, los del campo -según sus adversarios- con facones de campo. Los ruralistas se robaron un matafuego, humo, gritos, vidrios rotos, una puerta que se cierra y los soldados de Mariotto que vuelven al patio de la legislatura.
Fue un instante, todo pasó muy rápido y mientras algunos heridos se acercaban hasta la ambulancia para ser asistidos por los cortes, se conoció el parte de guerra. Algunos heridos, es cierto. Eso salió en todos lados, pero lo que no se supo (hasta ahora) fue la picardía k. De diferentes bolsos salieron banderas, no tenían las imágenes de Perón, Evita, Néstor o Cristina. Una bandera con el logo de CONINAGRO y otra de la República Argentina son ahora el mejor botín de guerra de los jóvenes K. Habrá que esperar la próxima sesión y ver quién se lleva las banderas.