A los 23 años, la cantante de voz poderosa logró así equiparar el récord del mayor número de Grammys acumulados por una artista femenina en una sola entrega, que Beyonce estableció en 2010.
Adele se llevó todos los premios en las categorías que estaba nominada, seis en total. “21″ ganó Álbum del Año y Mejor Álbum Pop, mientras su canción “Rolling in the Deep” se llevó Grabación del Año, Canción del Año y Mejor Video Musical Corto. Además, sumó Mejor Interpretación Solista Pop, por su hit “Someone like you”.
Para Foo Fighters, que se presentarán el 3 y 4 de abril en el Estadio de RIver Plate en el marco del Quilmes Rock, la noche también fue de muchos premios, ya que se llevaron gramófonos con “Wasting Light”, en Mejor Álbum Rock. “Walk” obtuvo Mejor Interpretación Rock y Mejor Canción Rock; “White Limo” obtuvo Mejor Interpretación Hard Rock y, por último, “Back and Forth” ganó en Mejor Video Musical Largo.
La difunta Amy Winehouse también ganó un Grammy póstumo, por Mejor Interpretacion Pop Dúo, junto con Tony Bennett.
El momento más emocionante de la noche fue cuando homenajearon a Whitney Houston. La cantante Jennifer Hudson hizo llorar a muchos al interpretar “I Will Always Love You”.
Otro de los ganadores fue el rapero Kanye West, que consiguió tres gramófonos, entre los que destaca el de mejor álbum de rap por “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” (una categoría en la que se desbancó a sí mismo: competía también con un disco colaboración con Jay-Z), aunque no estuvo presente para recibirlos.
Cee Lo Green fue reconocido en el apartado mejor canción de R&B (“Fool For You”) y mejor perfomance en su género, mientras que Bon Iver fue la revelación del año pese a no ser un recién llegado a la industria.
Con un espacio destacado para la electrónica –la Academia montó una carpa fuera del auditorio con una fiesta dance paralela–, el artista más premiado en este segmento resultó ser el californiano Skrillex y su álbum “Scary Monsters And Nice Sprites”.
La noche también reservó un espacio para el regreso a los Grammy del cantante de R&B Chris Brown, quien no sólo estaba nominado sino que amenizó dos pasajes del show.
La convocatoria de Brown había fruncido más de un ceño por anticipado: en 2009, en la víspera de los premios, Rihanna fue víctima de violencia física por parte de quien era entonces su pareja y ambos se ausentaron de la gala.
Brown eligió el perfil bajo: cantó prolijo, evitó interacción con el público y marchó a casa con la estatuilla que le dieron por el mejor disco de R&B, “F.A.M.E”.
En las categoría latinas, el grupo Maná dio la sorpresa. La banda mexicana logró imponerse sobre los favoritos Calle 13 en la categoría de mejor álbum latino de rock, pop o música urbana, que se entregó por la tarde y fuera del segmento televisado.
Los shows musicales, entre otros, estuvieron a cargo de Paul McCartney, Coldplay junto a Rihanna, los Beach Boys que festejaron su regreso luego de dos décadas junto a las bandas Maroon 5 y Foster The People, Deadmau5, Taylor Swift, The Civil Wars, Kelly Clarckson y Jason Aldean, la rapera Nicki Minaj y la apertura a cargo del “jefe” Bruce Springsteen quien luego se sumó a McCartney y el frontman de Foo Fighters, Dave Grohl, para cerrar la ceremonia con temas de los Beatles.