Jacquier, enviado especial de la televisión pública francesa France 2, formaba parte de uno de los dos grupos de reporteros que el régimen sirio guió este miércoles hasta la citada población para intentar convencerlos de que reina la rutina e inducir a la idea de que los incidentes armados son acciones esporádicas achacables a grupos terroristas.
Por el momento se desconoce quién está detrás de este ataque. Mientras las autoridades sirias todavía no se han pronunciado al respecto, un dirigente opositor acusó al propio régimen de ser el responsable.
La violencia persiste en Siria donde, según la ONU, más de 5.000 personas han perdido la vida desde que comenzaron a mediados de marzo pasado las protestas contra el régimen de Al Asad, que acusa a “grupos armados terroristas” de estar detrás de ellas.
Homs, el lugar en el que reposa la tumba del guerrero islámico Jaled Ibn Al Whalid, que en el año 636 arrancó la entonces próspera provincia de Shams al Imperio bizantino, es ahora una ciudad divida que el régimen no parece controlar en su totalidad y en la que apenas se pisan las calles y se palpa el miedo y la fatalidad.
Puestos de vigilancia e inspección de las Fuerzas Armadas condicionan el tránsito en todas las rutas circundantes, y centenares de sacos terreros protegen los principales edificios gubernamentales.